Augusto, autor de cuatro novelas, aborda los límites de la condición humana a través de una trama que combina suspense, acción y complejidad psicológica.

La historia comienza con un trágico accidente de madrugada: una joven es atropellada por un coche de alta gama, cuyo conductor huye del lugar. El responsable no es cualquier ciudadano, sino un policía infiltrado en un grupo de narcotraficantes que teme que este suceso revele su tapadera. A partir de este incidente, la novela se desarrolla como un laberinto de giros inesperados, decisiones desesperadas y un enfrentamiento entre la justicia y la venganza.

"En esta novela encontramos fundamentalmente verdad, ese bien tan escaso estos días y tan abundante en la novela negra", asegura el autor, que propone “una reflexión sobre la identidad y cómo el autoengaño puede modelar nuestra percepción de la realidad. "¿Somos quienes queríamos ser cuando teníamos 10, 15 o 20 años?, ¿a cuánto hemos renunciado por comodidad o por imposiciones de la sociedad?", se pregunta el autor, quien sitúa estas inquietudes en el corazón de la obra, publicada en Cuadernos del Laberinto.

La novela no solo se centra en el policía fugitivo, sino también en el padre de la joven fallecida, un antiguo ultrasur que ha dejado atrás su pasado violento. Sin embargo, al enfrentarse a la impunidad de la tragedia, decide tomarse la justicia por su mano, desenterrando a aquel joven agresivo que creía haber dejado atrás. "Descubre que le gusta mucho más ese violento que el oficinista aburrido en el que se ha convertido", explica Casas.

Mal y violencia

Para el autor, el mal y la violencia son temas esenciales de la literatura negra y de la condición humana. "La violencia forma parte de nosotros, aunque nos neguemos a aceptarlo. Es como un órgano vestigial que parece que ya no utilizamos, olvidado en lo más hondo del alma, pero siempre hay algo que hace que vuelva a latir", asegura. Asimismo, considera que el mal suele justificarse: “poca gente es consciente del daño que hace, todos encontramos razones para justificar nuestras acciones".

Una de las características que definen a los personajes de Augusto es su complejidad y profundidad: “no hay blancos ni negros absolutos, porque pretendo que mis personajes sean profundos y contradictorios, que el lector los ame y los odie a partes iguales, lo que los hace creíbles y reconocibles", explica el autor, vinculado a la capital abulense.

‘Leones en invierno’ ha despertado interés cinematográfico. Álvaro Ariza, productor de ‘Ya no quedan junglas adonde regresar’, ha adquirido los derechos de la novela para su adaptación al cine. "Desde que le hablé de la novela, se enamoró de la historia, y eso me tranquiliza como autor porque sé que está en buenas manos", afirma Augusto, convencido de que la trama encontrará una nueva vida en la gran pantalla.

La presentación en Ávila tendrá lugar el jueves (20 horas) dentro del ciclo ‘El Episcopio presenta’.