“El pasado fin de semana -relata- tendría que haber sido limpieza de El Burguillo, que siempre hacemos el segundo sábado del mes de noviembre, pero entre que había mucha agua y que al final uno se va cansando de hacer las cosas y que las instituciones no ayudan, viajamos a Valencia”.
Con el fin de semana libre, ya que el albergue que gestiona no tenía reservas, Méndez y su esposa decidieron tomar la furgoneta y conducir hacia Valencia el viernes, regresando a Ávila el lunes, brindando su esfuerzo a los vecinos de una calle de Paiporta.
Al llegar allí cuenta que vieron un paisaje que difícilmente se puede imaginar sin haberlo visto de cerca. “Lo que te encuentras allí es mucho peor que lo que se ve en la televisión”, asegura, describiendo calles y espacios públicos inundados con un rastro de destrucción: “se te cae el alma a los pies, parece como si estuvieras dando un paseo por un desguace”.
Llevando consigo material de limpieza donado por su familia y su albergue, Gustavo y su esposa se pusieron a disposición de los organizadores locales que coordinaban las actividades de limpieza y recuperación, “a lo que nos mandaran”.
“Queda mucho por hacer y muchas calles por limpiar”, asegura, planteándose volver en cuanto disponga de otro fin de semana libre.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.43