Tras 120 minutos de encuentro y prórroga sin goles, el equipo encarnado ha logrado imponerse 3-0 en la tanda de penaltis, asegurándose el pase a la siguiente ronda y deleitando a su afición en un partido que será recordado por la entrega y el esfuerzo de un conjunto local que milita dos categorías inferiores a los carbayones.

Y todo ello ante 2.521 espectadores (había 3.000 localidades en tribuna y 1.500 en las gradas supletorias). Entre ellos 400 aficionados del Real Oviedo. Los abulenses habían acudido en un ambiente festivo, sin saber que al final acabarían mucho más felices.

El partido comenzó con una intensa lucha en el medio campo y ocasiones puntuales para ambos equipos, aunque el marcador permaneció inamovible durante los 90 minutos reglamentarios y los 30 de prórroga. El Real Ávila logró frenar los embates de un Real Oviedo que, pese a contar con varios remates peligrosos, no pudo batir al portero local.

En el minuto 60, Alberto Martín tuvo una de las oportunidades más claras para el Real Ávila, con un remate que salió desviado cerca del palo izquierdo. Mientras tanto, el Oviedo respondió con remates de Jaime Vázquez y Sebas Moyano, que tampoco encontraron portería.

A punto de no llegar a los penaltis

El encuentro estuvo a punto de no llegar, ni siquiera a la prórroga, si Caio López hubiese culminado una clarísima ocasión, solventada por el gran portero ovetense, Braat.

Durante la segunda parte y la prórroga, el cansancio y la intensidad del partido hicieron que las faltas y los cambios fueran constantes. La solidez defensiva de ambos equipos se mantuvo hasta el final, con más oportunidades para los locales, con una afición muy animada, que no paró de animar al equipo, creyendo que el 'milagro' era posible, puesto que la diferencia de categorías no se hizo patente en el césped en perfecto estado de un Adolfo Suárez que estrenó iluminación.

Los penaltis y... la locura

En la tanda de penaltis, Álvaro Lemos y Sebas Moyano mandaron fuera el segundo y tercer disparo respectivamente, mientras que el primero fue parado por el guardameta abulense Álvaro, a disparo del argentino Colombatto.

Por su parte, el Real Ávila hizo materializó los tres que lanzó, sin necesidad de un cuarto y un quinto, ante los errores del Real Oviedo, que hizo una desastrosa tanda.

El equipo encarnado comenzó con una ejecución perfecta de Alberto Martín, quien envió el balón a la escuadra derecha, imposible para el portero del Real Oviedo. El segundo penalti del conjunto abulense fue obra de Adrián Carrión, que colocó el balón en la escuadra izquierda, manteniendo la presión sobre el equipo rival. Mario Rivas selló la tanda para el Real Ávila, anotando el tercer gol al disparar con potencia al centro de la portería.

En ese momento se desató la locura entre el público abulense, que disfrutó de un triunfo histórico en las gradas repletas, en un partido arbitrado por el colegiado Manuel Jesús Orellana, que fue cuestionado en numerosos momentos por unos aficionados que ahora esperan a un Primera División en la siguiente ronda.