Según la compañía, el proyecto pretende “alcanzar una mayor eficiencia energética en el sistema de riego de la zona mediante el uso de energías renovables”. El uso de energía solar fotovoltaica, que ya se está implantando en algunos regadíos a pequeña escala, permitirá reducir tanto los costes energéticos, como la emisión de CO2, “impulsando la competitividad de las explotaciones agrícolas locales”.

La implantación de las plantas fotovoltaicas motivará que “los agricultores podrán depender menos de los fluctuantes precios de la electricidad, contribuyendo a una agricultura más sostenible y rentable”.

Estas instalaciones de autoconsumo funcionan mediante un generador fotovoltaico, integrado por módulos conectados entre sí, que transforma la energía solar en eléctrica, generando una corriente continua proporcional a la irradiancia solar que incide sobre ellos.  

Los inversores del proyecto transforman dicha corriente en alterna, en línea con la normativa vigente, que se entrega a la misma frecuencia y tensión que la red eléctrica y, tras estos cambios, se encuentra disponible para los usuarios. 

La instalación de conexión en red interior constituye una opción de ahorro y eficiencia energética, con generación distribuida, lo que reduce las pérdidas de transporte de la red. 

Con un plazo de ejecución de ocho meses, la instalación y puesta en marcha de estas plantas solares asegurarán “la máxima eficiencia y seguridad en el proceso”.

Este proyecto de Servitria se une a otros de la empresa, como la instalación de plantas solares en la cubierta de la sede del Ministerio de Transición Ecológica (Miteco), en el Club de Campo Villa de Madrid, o la instalación, montaje y ampliación de la potencia de un parque solar en la factoría de Ford en Almussafes (Valencia).