Gracias a una inusual actividad solar, el cielo abulense volvió a iluminarse con un resplandor rojizo que pudo apreciarse en varios puntos de la provincia, aunque con menor intensidad que en mayo.
La aurora boreal, un espectáculo natural más común en regiones cercanas a los polos, hizo su primera aparición en Ávila este año la noche del 10 al 11 de mayo, tras 85 años de ausencia.
Según el presidente del Grupo de Observadores Astronómicos de Ávila (GOAA), José Raúl Muñoz, "estos fenómenos son extremadamente raros en latitudes tan al sur como la nuestra, pero la intensa actividad solar actual ha propiciado su aparición”.
La aurora boreal se produce "por la alteración de la magnetosfera terrestre debido a eventos solares de alta intensidad, como las llamadas solares y las fulguraciones". Estos fenómenos provocan que el viento solar alcance las capas más altas de la atmósfera, donde "ioniza átomos, generando luz visible de diferentes colores, en este caso, un tono rojo".
El fenómeno observado "a nivel global puede generar ligeras perturbaciones en las telecomunicaciones o los sistemas electrónicos, pero es algo muy poco probable". La actividad solar este año ha superado las expectativas de los expertos, lo que ha permitido a los abulenses disfrutar de este espectáculo celeste dos veces en un año.
El avistamiento de auroras boreales en Ávila es un evento poco frecuente. El último registro anterior a este año se remonta a 1938. Si bien el fenómeno de mayo fue más visible, la aparición de una segunda aurora en el mismo año ha generado gran interés, que han captado con sus cámaras y teléfonos imágenes poco frecuentes que convierten el cielo en un espectáculo nocturno.
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