El avance de las tecnologías aplicadas al mundo de la empresa ha cambiado radicalmente el papel de las asesorías que trabajan con grandes compañías y pequeños emprendedores en la actualidad.

Gracias a la digitalización, la facturación electrónica y el uso de los ERP —programas informáticos de automatización de diversas gestiones— el asesor ya no es solo una persona que se dedica a hacer cuentas para presentar el modelo 303 aeat del IVA trimestralmente.

El apoyo de estos softwares hace que este trabajo se haya simplificado y que tan solo requiera de unos minutos de repaso. Además, los ERP de gestión fiscal reducen el margen de error y evitan que los clientes de las asesorías reciban inspecciones y sean sancionados por errores en la liquidación de impuestos.

En este contexto, cabe preguntarse cuál es el papel del asesor fiscal y de las asesorías. Es una pregunta interesante, puesto que el rol se ha visto ligeramente modificado y, ahora, estos profesionales verdaderamente actúan como auténticos consejeros para las empresas.

El apoyo de la tecnología permite un rol más estratégico

La descarga de trabajo mecánico y repetitivo que ha supuesto la implantación de los ERP en las asesorías ha permitido que los profesionales del sector se encuentren con más tiempo que pueden enfocar en apoyar a las empresas para las que trabajan de otra manera.

En primer lugar, está la responsabilidad de formar a los clientes en materia fiscal. Es habitual que los empresarios, por muy larga que sea su trayectoria, desconozcan ciertos puntos relativos a la gestión económica de las empresas.

Con esta mayor disponibilidad, el asesor puede ahora responder a preguntas como ¿el modelo 190 para qué sirve?, ¿cuáles son las subvenciones de las que me puedo beneficiar?, ¿cómo bonificar a mis trabajadores correctamente en su nómina?, o ¿qué es el modelo 193?

El asesor asume, por tanto, un papel de mayor protagonismo en el día a día de las empresas, especialmente en el ámbito del apoyo al conocimiento fiscal de sus clientes.

Pero no solo eso: gracias a la información que ofrecen los ERP es posible obtener una visión mucho más realista del estado de salud de la economía de la empresa.

Con este conocimiento, el gestor fiscal puede apoyar a la dirección en el momento de plantear una estrategia de crecimiento, nuevas inversiones o cualquier otra decisión que implique asumir ciertos riesgos.

Optimizar recursos

Los ERP no solo se han convertido en una clave para mirar hacia fuera y hacia el futuro. Las estadísticas, informes y comparativas que permiten hacer estas herramientas también son interesantes para realizar minuciosas auditorías internas.

De este modo, el asesor puede advertir puntos de fuga del dinero del empresario, que puede estar pagando horas extra de más, asumiendo una facturación de luz inusitada o cualquier otro problema que acaba afectando a las cuentas del proyecto.

Por todo ello, las asesorías que confían en los avances tecnológicos se convierten en unos aliados indispensables para los empresarios y, por tanto, son más solicitadas y también mejoran las perspectivas a futuro de sus propios proyectos.