Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio se ha destacado que en 2023 un total de 11 personas se quitaron la vida en Ávila, mientras que en la última década la cifra asciende a 153, según datos del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León.

El decano del colegio, Jaime Gutiérrez, ha destacado la importancia de la detección precoz para intervenir a tiempo. “Las personas que se suicidan no quieren morir, sino dejar de sufrir”, ha señalado, subrayando la necesidad de conocer las señales de alerta del riesgo de conducta suicida. En Castilla y León, en 2023 se registraron 194 suicidios, de los cuales el 72% fueron hombres y el 28% mujeres. A nivel nacional, la cifra llega a los 3.952 suicidios al año.

El vicedecano del colegio, Jesús de Blas, ha expresado la necesidad de una Ley Nacional de Prevención del Suicidio: “ha sido necesario poner sobre la mesa esta lacra que se cobra la vida de 4.000 personas en España cada año, pero esta normalización no sirve de nada si no va acompañada de una ley que establezca estrategias y aumente los recursos en salud mental”.

Señales de alerta
Desde el Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León se ha desarrollado un decálogo que identifica los comportamientos previos al suicidio, con el objetivo de facilitar la detección y prevención. Entre estas señales se incluyen la manifestación de pérdida del sentido de la vida, verbalizaciones relacionadas con la muerte o la soledad, cambios en la apariencia personal y la disminución significativa de relaciones sociales. “Validar estos sentimientos y tomar en serio las advertencias verbales es esencial para intervenir a tiempo y ofrecer el soporte necesario”, ha indicado.

El suicidio, explican los expertos, no es una patología, sino un estado mental de desesperanza. Así, destacan que “el acompañamiento psicológico es crucial porque los profesionales podemos ayudarles a identificar sus propias emociones y buscar alternativas”.

Prevenir el aislamiento
Una de las recomendaciones clave es fomentar una red de apoyo social y mantener relaciones de confianza, especialmente en aquellos que muestran signos de aislamiento. El vicedecano del colegio ha señalado que la disminución de las relaciones sociales y el abandono de actividades previamente disfrutadas son indicadores preocupantes que requieren atención.

Con una media de 222 suicidios al año en Castilla y León desde 2014, los profesionales insisten en la urgencia de implementar políticas de prevención eficaces y aumentar los recursos disponibles en salud mental. “La prevención tiene que llegar por la vía de políticas adecuadas que permitan establecer estrategias para las situaciones de riesgo, aumentar las ratios de profesionales en Atención Primaria y destinar un presupuesto suficiente”, ha señalado De Blas.

El Día Mundial para la Prevención del Suicidio busca no solo recordar a quienes han perdido la vida, sino también alertar sobre la importancia de actuar para evitar que estas cifras se mantengan inalterables, por lo que el colegio profesional llama a la sociedad y a las instituciones para trabajar conjuntamente en la implementación de medidas que puedan salvar vidas.