¿Cómo surgió la idea de gestionar tu propio bar?
Tenía ganas de ser mi propio jefe, porque la cosa ahora mismo, a la hora de buscar trabajo, es bastante complicada. Te ponen muchas horas por un sueldo que, la verdad, no te llega para nada. Y es la manera en la que se puede emprender para poder vivir a tu manera, con mejores condiciones laborales.
Hoy en día, vivir mejor, siendo empresario, aunque sea pequeño, es mejor que trabajar para alguien haciendo muchas horas. Es mejor luchar por tu sueño que luchar por el de otro.
¿Qué desafíos os habéis encontrado para emprender?
De primeras, tal y como están las cosas hoy en día, pues es imposible comprar un local. Así que empezamos por el alquiler. Con la inflación que tenemos en el país, pues está todo mucho más caro. Han subido los productos, han subido los proveedores, la luz, el gas… todos los recursos. Y todo eso no lo podemos aplicar en lo que es el producto, no se puede. Así que, era un reto interesante y vimos la oportunidad con un local que nos cuadró el precio.
La gente nos está aceptando estupendamente, gracias a Dios. Esperemos que continúe así por mucho tiempo, porque la intención no es estar seis meses como muchos locales, por desgracia. La intención es mantenernos.
¿La ubicación del bar fue al azar?
Fue una oportunidad que salió como de la nada. Aquí en Ávila hay muchos bares que por tradición llevan abiertos 35 años y cuando se cierran no es por falta de trabajo, sino por la jubilación de los dueños y porque los hijos no se quieren dedicar a ello.
Mis padres tienen otro bar y no me he quedado con él, precisamente por la ubicación en la que está, aunque yo sé que puede dar dinero. Pero íbamos a este bar, en la calle Soria, en el barrio de la Toledana, con el que nos hemos quedado tanto mi jefa Radaysi y otros camareros, y sabíamos que había negocio y que lo habían dejado por jubilación. Y efectivamente hemos dado una clave, porque cuando hemos abierto, todos los clientes que iban, han vuelto, más los clientes que hemos traído nosotros. También es importante decir que, como somos gente joven, tenemos más vida social, por lo que nos es mucho más fácil atraer clientes tanto mayores como de nuestra edad. Abarcamos muchos de mercados diferentes.
¿Qué tapas ofrecéis en el bar?
Lo que yo puedo observar es que ofrecemos aperitivos típicos que ya se estaban perdiendo, apostando por los productos frescos, con lo mínimo de congelado. El pan es del día, todos los aperitivos que sacamos son el 90% frescos, que es lo que a la gente le gusta. El tapeo típico que es de Ávila, porque ahora hemos hecho una apuesta por el tapeo. Ávila es de las ciudades que más premios gana a la hora de las tapas y más concursos se realizan.
¿Cuál es vuestra tapa estrella?
Los típicos pinchos como el morro, el rabo con tomate, la oreja, los riñones o los higadillos. Lo que es más casquería. También combinamos raciones españolas y colombianas, porque Radaysi, la persona que se ha quedado el bar, es dominicana y estamos también metiendo productos típicos de su país. Eso ha hecho que estemos atrayendo a gente del nuestro a que los pruebe y del suyo a que vengan a consumirlos, pero no deja de ser una mezcla de un bar español y dominicano. La verdad es que hay muy buena sintonía. Es una función extraña, pero funciona.
¿Cuál ha sido el momento más gratificante desde que abristeis?
Yo llevo ya muchos años en la barra de un bar y lo más gratificante, aunque te parezca una bobada, es ver las propinas. Pero si hay propinas, es que la cosa va bien.
¿Algún consejo para otros jóvenes que estén pensando en emprender en el sector de la hostelería?
Tienen que ser conscientes de que, para empezar, tienen que estar muchas horas. Porque al principio no puedes contratar a alguien. Y una vez que ya te vas haciendo un nombre y vas cogiendo fama, es el momento en el que tienes que tomar una decisión: la de expandirte, mantenerte o retirarte.
Yo soy de los que piensan que hay que mantenerse, porque nunca te puedes fiar. No todos los meses son iguales, ni llega la misma gente. En verano, por ejemplo, dicen siempre que es cuando menos trabajo hay porque se van de vacaciones, la gente ya no tiene las rutinas laborales. Sin embargo, la acogida que hemos tenido en este bar ha sido alucinante. La gente nos está acogiendo con muchísimo cariño tanto por parte de los clientes anteriores como los nuevos. Tenemos muy buena sintonía con el resto de establecimientos que hay alrededor.
Así que el consejo que puedo dar a la gente de mi edad, más joven o incluso más mayor, porque la verdad es que nunca es tarde si la dicha es buena; es que si no luchas por tus sueños, nadie va a luchar por ti.
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