Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Domingo, 28 de Septiembre de 2025
El creciente impacto de los vehículos chinos en el mercado europeo ha llevado a Cesvimap, el centro de investigación perteneciente al grupo asegurador Mapfre, a realizar un estudio detallado sobre la reparabilidad y los desafíos de postventa de dos modelos emblemáticos: el BYD Atto 3 y el MG4.
Los resultados, que han sido objeto de un análisis exhaustivo, ofrecen las fortalezas y debilidades de estos vehículos en un contexto de accidentes a baja velocidad, los más comunes en los siniestros de circulación.
Con una presencia cada vez más notable en las carreteras europeas, los vehículos de marcas chinas se han posicionado como una alternativa competitiva frente a los fabricantes tradicionales. Según los datos proporcionados por la CPCA (China Passenger Car Association), China superó a Japón como el mayor exportador de vehículos en 2023, consolidando su liderazgo en el mercado global. Este auge se refleja también en el mercado europeo, donde marcas como MG han logrado posicionarse entre los modelos más vendidos.
Sin embargo, este avance plantea nuevos retos, especialmente en términos de seguridad y reparabilidad. Aunque los vehículos chinos han demostrado estar a la altura de sus competidores en las pruebas de seguridad Euro NCAP, obteniendo en muchos casos la máxima calificación, los siniestros a baja velocidad presentan un escenario diferente. Este tipo de accidentes, que representan un porcentaje significativo de las colisiones en entornos urbanos, requieren un análisis particular, especialmente desde la perspectiva de las aseguradoras y los talleres de reparación.
Conclusiones
Cesvimap sometió al BYD Atto 3 y al MG4 a una serie de crash tests de acuerdo con los estándares RCAR (Research Council for Automobile Repairs), los cuales están diseñados para evaluar la reparabilidad y no la seguridad estructural. Ambos vehículos fueron sometidos a impactos frontales y traseros a una velocidad controlada de 15 kilómetros por hora, y los resultados evidenciaron diferencias significativas en su comportamiento y en los costos asociados a su reparación.
En cuanto a la estructura, el MG4 demostró una mejor capacidad para absorber los impactos, protegiendo así la integridad del chasis y limitando los daños a las zonas externas del vehículo. Por otro lado, el BYD Atto 3 presentó un comportamiento menos favorable. La ausencia de absorbedores en la parte trasera transmitió la energía del impacto directamente a la estructura, ocasionando daños considerables que requirieron de reparaciones más complejas, incluyendo el uso de bancadas para realinear el chasis.
Una de las conclusiones más relevantes del estudio se refiere al proceso de peritación y reparación de estos vehículos. Cesvimap destaca que "los modelos no están disponibles en las plataformas de valoración", lo que complica significativamente la labor de los peritos. Además, los largos plazos de entrega de recambios, que en algunos casos pueden extenderse hasta cuatro meses, suponen un grave inconveniente tanto para los propietarios como para los talleres y aseguradoras. Este retraso se debe, en gran parte, a la reciente entrada de estas marcas en el mercado europeo, lo que ha generado cuellos de botella en la cadena de suministro de piezas.
Precio de recambios
Otro aspecto crítico identificado en el informe es la relación entre el bajo coste de adquisición de estos vehículos y el alto precio de sus recambios. Aunque los vehículos chinos se comercializan a precios competitivos, los costos de las piezas de repuesto son comparables a los de las marcas tradicionales. Esta discrepancia incrementa el riesgo de que, en caso de siniestro, el valor de reparación supere al del vehículo, resultando en pérdidas totales.
"El precio de los recambios de estos fabricantes con respecto al resto podría determinar una tendencia hacia la reparación o hacia la sustitución de piezas", señala el informe de Cesvimap. Este factor, combinado con los elevados tiempos de espera para la recepción de piezas, pone en desventaja a los fabricantes chinos frente a sus competidores más consolidados en el mercado europeo.
A pesar de estos desafíos, Cesvimap sugiere que las deficiencias actuales en el servicio de postventa podrían ser superadas a medida que las redes comerciales de los fabricantes chinos maduren en Europa. Sin embargo, es necesario que se aborden estos problemas de manera efectiva para garantizar un servicio de calidad a los clientes y mantener la competitividad en un mercado exigente.
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