Del Domingo, 14 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 17 de Septiembre de 2025
Benita Pintos, abulense que ha crecido en Mediana de Voltoya, trabaja en una gasolinera, pero ha encontrado en la danza tradicional una manera de evadirse de su día a día. Por ello, apuesta también por mantener vivas las tradiciones abulenses como la jota.
¿Cómo es tu día a día trabajando en una gasolinera?
Es muy ameno y divertido, porque pasas ratos agradables con la gente. Cuando estás de cara al público es muy satisfactorio porque conoces a mucha gente y entablas muchas amistades. A mí sí que me gusta porque se pasa el tiempo volando.
¿Has notado alguna vez algún tipo de prejuicio en tu trabajo por ser mujer?
No he notado ninguno. La gente ya está muy habituada a que las mujeres estemos en todos los sitios. Antiguamente, a lo mejor no era así, pero ahora… la verdad es que yo no lo he notado.
También bailas jotas ¿Cómo descubriste tu pasión por bailar jotas y cuándo comenzaste a practicar este baile?
Me apunté a una asociación para bailar jotas, porque me gustaba. Desde pequeña en el pueblo siempre he bailado con alguna amiga, y nos apuntábamos a los concursos que había, aunque no ganáramos, pero era por participar.
Posteriormente, conocí la Asociación de San Nicolás, que tenía jotas y me apunté, porque después de estar cuidando de mi padre, cuando falleció, el tiempo que antes dedicaba a mi padre, ahora lo quería invertir de alguna manera, porque me sentía vacía, como que necesitaba algo para compensar eso. A veces cuando cuidas a alguien, luego se tiene mucho tiempo libre y no sabes en qué dedicarlo. La jota me sirvió para descubrir y decir: Me quito la depresión de lo de mi padre. Por eso me sirvió mucho.
¿Cómo compaginas tu trabajo con los ensayos y actuaciones?
A veces es difícil porque se trabaja por turnos de mañana y tarde, entonces por las tardes muchas veces hay ensayos y no puedes ir a practicar la jota. Pero siempre que puedo, acudo, porque me gusta, estoy muy motivada y es bonito.
También me he hecho mis trajes, elaborados por mí, aunque al principio no sabía ni cómo. Por eso también me apunté al taller de costura de la asociación y me ayudaron mucho. Así que me hice los dos trajes que tengo, con todo: el mandil, la faltriquera o el manteo.
¿Ha influido el baile en tu vida?
Cuando tienes algo como el baile que te motive… siempre te quita el estrés. Cuando estás bailando, no estás pensando en que me pasa esto o lo otro, que tienes que hacer algo o que tienes una preocupación. Te olvidas. Sirve mucho para quitar el estrés y para estar concentrado en bailar y no estar pensando en nada más. Es como algo que te gusta, te motiva y te ayuda en el día a día.
¿Qué es lo que más te gusta de bailar jotas?
Aunque no a todo el mundo le gusta la jota, porque hay quienes prefieren las sevillanas, el flamenco u otras cosas, a mí me gustaría que hubiese generación nueva para que no se perdieran las tradiciones que tenemos. En mi pueblo se ha bailado mucho la jota, pero no nos vestíamos porque no hay tradición de vestirse, pero aun así nos gusta. También se nota que hay mucha diferencia de La Moraña al sur, aun estando en la misma provincia de Ávila… Imagínate en las demás ciudades.
Pero a mí me gusta por cómo se vestían, qué tradiciones tenían. Y me gustaría que no se pierda. Es una de las cosas fundamentales, yo creo, porque tenemos que saber de dónde venimos para saber a dónde vamos.
Todo lo antiguo, lo relacionado con el vestir, siempre gusta, por conocer qué hacían en las fiestas, cómo se vestían, qué bailaban… y me gustaría que todo eso se recuperara porque es una preciosidad.
¿Podrías compartir alguna experiencia memorable que hayas vivido en alguna actuación?
La del incendio de Sotalbo, que fuimos para colaborar. A mí me gustó mucho porque fue una colaboración muy bonita. Estuvimos apoyando al pueblo y estuvimos allí con los vecinos. Estás entregando todo y bailando. Fue mucha gente, porque acudieron más grupos. Que nos llamaran para compartir un poco de tiempo con ellos, esa experiencia me gustó muchísimo.
Aunque todas son enriquecedoras, algunas te marcan especialmente porque siempre te vas a acordar del día del fuego y de que estuviste allí bailando, participando y colaborando.
Fue una experiencia única que espero no se repita, porque fue por algo malo y no lo queremos. Pero de lo malo siempre se sacan cosas buenas.
¿Algún mensaje especial que te gustaría trasmitir?
Sí que me gustaría dar las gracias a toda la gente de los grupos de baile en los que he estado y que me han ayudado a confiar en mí, a dar lo mejor, a tirar para delante con alguna jota, porque las hay un poco complicadas que dices: esta no la saco o no voy a poder. Pero al final se intenta como se puede y te ayudan. La gente que ha estado ayudándome y los profesores, amigos y compañeros. En Ávila la verdad es que encuentras gente muy maja y muy buena que ayuda mucho.
Abulense | Domingo, 18 de Agosto de 2024 a las 09:12:05 horas
Pero que muy maja la señora y la entrevista.
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