De entre los 27 estands que pueden encontrarse en la feria, que permanecerá ubicada en la plaza del Mercado Grande hasta el próximo día 18, se pueden encontrar artesanos abulenses, pero también procedentes de otros lugares de España, incluso de Portugal. 

Como Edufilart, un comercio de artesanía portuguesa que elabora inciensos naturales sin carbón, además de cuadernos cosidos también a mano con cuero, imitando la forma en la que se elaboraban en la época medieval. 

No es la primera edición a la que acude este artesano que pasa el año recorriendo rincones europeos como Italia o Austria para exponer sus productos en ferias de artesanía, porque Edufilart lleva acudiendo a la cita abulense al menos cinco años, tal como ha contado Berta Almeida. 

Y es que, además de colaborar con la Federación de Organizaciones Artesanas de Castilla y León (FOACAL), según ha relatado Berta, los abulenses valoran más que en otros lugares los productos elaborados a mano como los suyos: “Las personas me parecen superamables, valoran mucho la artesanía y eso nos encanta. Me parece que aquí valoran un poquito más al artesano que en otros sitios”, ha manifestado. 

Origami

Otro ejemplo del alcance de esta feria, se encuentra en Amparo Pastor, del Taller de Ampi, que ha llegado desde Granada para mostrar su recién estrenada vena artística: el origami. En su estand se pueden encontrar verdaderas obras de arte enmarcadas y realizadas con papel. 

Una destreza que comenzó a desarrollar como consecuencia de la pandemia. Y es que tal como ha narrado, a raíz de un trabajo que los pidieron en el curso que estaba realizando para obtener el Certificado de Docencia para Formación Profesional, comenzó a “empaparse de toda la teoría”. Pero entonces, llegó la pandemia y el confinamiento, lo que la llevó a introducirse de lleno en la práctica de este arte. 

“Me sirvió mucho, crecí profesionalmente, tanto que me he hecho artista y como persona también me funcionó muy bien”, relata con mucho orgullo, después de haber pasado dos años como voluntaria en Madagascar con una ong. 

Y así fue como dio inicio a una nueva etapa en su vida que la está llevando a recorrer rincones de toda la geografía española, aunque sin expectativas: “Me sirve como experiencia para viajar, conocer sitios y conocer gente. Los artesanos son un mundo, es otra cosa. Son una familia. Yo voy siempre sin expectativas. Con venir [a las ferias] ya estoy contenta”.