Los hechos se produjeron el 26 de julio, cuando el instituto armado supo que un hombre de nacionalidad ecuatoriana había ingresado en el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles con lesiones graves en un brazo, ocasionadas posiblemente en su puesto de trabajo.

Debido a la "gravedad de la situación", la Guardia Civil puso en marcha la Operación Pantole, durante la cual certificó que el responsable y administrador único de la empresa, trasladó al herido al servicio de urgencias del hospital con un corte grave en el antebrazo, producido por una herramienta cuando se encontraba trabajando.

Ante esta situación, el empresario dejó al trabajador en el centro hospitalario, antes de abandonar "de inmediato" el recinto, sin identificarse ni dar explicaciones de las causas del accidente, con la posible intención de eludir sus supuestas responsabilidades.

Según la Guardia Civil, el empresario y jefe de este ciudadano ecuatoriano "se había aprovechado de la situación de vulnerabilidad de la víctima", este hombre que fue contratado a sus servicios sin poseer ni permiso de residencia ni trabajo, no habiéndole dado de alta tampoco en el régimen de la Seguridad Social.

Tras ser localizado e identificado, el empresario fue puesto a disposición judicial en calidad de detenido el 31 de julio, dentro de una operación desarrollada por el grupo de personas perteneciente a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Ávila.