Esta novela (editorial Amarante) lleva al lector a través de un recorrido sensorial y misterioso, lleno de enigmas y simbolismos, y quiere sumergirse al lector en dos escenarios paralelos, donde las orquídeas juegan un papel central. 

En uno de ellos, los ertzainas enfrentan torturas a manos de un asesino obsesionado con las orquídeas negras del reino de Saturno. Este elemento macabro y oscuro contrasta con el otro escenario, donde las orquídeas blancas simbolizan el amor sagrado de Marta por su hermano Odiseo. Ambos personajes se embarcan en un viaje hacia Ítaka, con la floristería-perfumería Ruiz De Ocenda, en Bilbao, como núcleo-isla determinante de la historia. Este invernadero-refugio se convierte en el paraíso de Marta en Citerea, evocando comparaciones con la película ‘Las horas’.

El palacio de Begoña, con su museo y jardín de sombras, se erige como un escenario donde se desarrollan acciones de dislocación, vencidas por las fuerzas y pensamientos de conciliación entre las flores y las damas.

Los ideales de la fábula se reflejan en los polípticos que perpetúan el desamor entre Odiseo y Kerman, mientras que el ceremonial y ritual de la amistad glorificada se expresan en un bello panegírico a la ciudad de Bilbao. Y todo ello como evocación del amor, la amistad y la belleza.