La celebración ha marcado el fin de una espera de dos años sin ordenaciones en la diócesis. Rodríguez Hernández, quien cumple 30 años este año, es un abulense de nacimiento e hijo único. Desde temprana edad, sintió una inclinación hacia la vocación religiosa, que comenzó a manifestarse durante sus estudios en el Colegio Diocesano Asunción de Nuestra Señora: “allí ya sentía la vocación, pero no quería oír la voz de Dios”.

Antes de su ingreso al seminario, Juan José completó sus estudios universitarios en Magisterio de Infantil y Magisterio en Primaria en el campus de Ávila de la Universidad de Salamanca. La llamada espiritual resurgió en los últimos años de su formación universitaria, llevándolo a replantearse su futuro.

Decidido a seguir la vocación religiosa, ingresó en el Seminario en 2018, donde ha completado el Bachiller en Teología (2018-2023) y actualmente cursa la licenciatura en Teología Práctica, que concluirá el año que viene.

En su camino hacia la ordenación diaconal, cumplió con el rito de admisión a órdenes en marzo de 2021 y con el de lectorado y acolitado en 2022, ambos bajo la guía del entonces obispo José María Gil Tamayo. Además, ahora lleva a cabo una etapa de ayuda pastoral en las parroquias del Valle del Tiétar.

Miembros de la unidad pastoral de Sotillo de la Adrada le han acompañado en un día tan especial para él, en una ceremonia presidida por el obispo de Ávila, Jesús Rico; los obispos eméritos de Ávila y Salamanca, Jesús García Burillo y Carlos López, respectivamente, junto a numerosos sacerdotes diocesanos.