La salud económica de un país viene marcada, en muchas ocasiones, por el estado en el que se encuentra su tejido empresarial. Las empresas son creadoras de trabajo, hacen que circule el dinero y son vitales para un correcto crecimiento del Producto Interior Bruto. Es por ello que, en la mayor parte de las ocasiones, unos buenos datos sobre las empresas reflejan unos buenos datos económicos sobre un país.

En el caso de España, el tejido empresarial se ha visto brutalmente golpeado en los últimos años. La crisis económica y financiera iniciada en el año 2008 entró de lleno en el país, provocando que durante varios años las empresas se viesen en una situación realmente comprometida. Tanto es así, que en 2012 se calculaba que casi 200.000 compañías no habían podido sobrevivir a ese contexto tan complicado.

Para peor suerte, cuando parecía que se habían recuperado, llegó la pandemia, que obligó a muchas a tener que cesar su actividad de forma temporal, provocando, incluso, la desaparición de alguna de ellas. Cuatro años más tarde, y con un contexto aun complicado por la inflación y los tipos de interés, los datos de las empresas españolas, y particularmente también las de Castilla y León, muestran una realidad irrefutable: el tejido empresarial vuelve a estar en auge.

Buen balance de 2023

A la espera de que acabe este 2024, las estadísticas reflejan que el pasado año las cosas fueron realmente bien para las corporaciones españolas. Según la Cámara de Comercio de España, el nivel operativo (medido con el EBITA), mostró signos favorables que se podrían ampliar a este nuevo año en elementos como las ventas (tanto a nivel nacional como exterior), el empleo y la inversión.

El tejido empresarial español está compuesto en su mayoría por Pymes (Pequeñas y Medianas Empresas). En su caso, el 2023 presentó algunas complicaciones, ya que la inflación hizo aumentar los costes de producción, a la vez que el acceso al crédito estuvo limitado por la subida de los tipos de interés. Sin embargo, varios expertos señalan que el nivel de ventas de la segunda mitad de 2023 fue muy positivo en varios sectores. En principio, las pequeñas y medianas sociedades que no cuentan con una gran carga financier están en una buena posición para enfrentar los próximos años.

Por otro lado, dentro de las empresas españolas encontramos a las conocidas como grandes, que en su mayoría están presentes en el IBEX 35. En este punto podemos señalar que a nivel general experimentaron un crecimiento del empleo y de los ingresos en 2023. Eso sí, su endeudamiento subió, al igual que en el caso de las Pymes, por esa subida del precio del dinero, que complica la financiación. El crecimiento de esta deuda está en el entorno del 4%.

Castilla y León, dos años de crecimiento

Por su parte, las cifras reflejan que Castilla y León lleva dos años en una tendencia muy positiva gracias a su tejido empresarial, regresando a niveles de antes de la pandemia. Después de un crecimiento del PIB del 3,6% en el 2022, las estimaciones de entidades bancarias como La Caixa hablan de una subida del 1,9% en 2023, bastante por encima de las previsiones iniciales que hablaban de un 1,4%. En cuanto a empleo, la recuperación de algunos sectores que se consideran clave, como el del automóvil, ha colocado a la comunidad en unos niveles de paro tan bajos que no se veían desde el 2007.

Mejores previsiones que las competidoras europeas

Según la Cámara de Comercio Española, las empresas españolas tienen mejores previsiones para este 2024 que la media europea. Estas consideraciones señalan que la confianza de los consumidores nacionales es más alta. Ese mismo informe señala que el saldo positivo de ventas nacionales es de 21 puntos, triplicando el de la media europea que está en 7.

A nivel externo también hay muestras de esto. Las exportaciones, que ya constituyeron una tabla de salvación para España en los años más duros de las crisis económica de 2008, parece que repuntarán en este 2024. Esto, según los expertos, debería repercutir positivamente en un crecimiento aun mayor del tejido empresarial.

Oportunidades para la modernización

A raíz de la pandemia, la Unión Europea puso a disposición de los países unos fondos de recuperación que iban enfocados, entre otras cosas, a la modernización de los sectores productivos. Ese dinero supone una oportunidad que muchas empresas, sobre todo las pymes, están aprovechando para llevar a cabo procesos de actualización y mejora, con el fin de ser más competitivas y eficientes.

Estas mejoras van casi siempre de la mano de la innovación y la digitalización, cuya importancia en un entorno como el actual es cada vez más grande. Se trata de un proceso que no es exclusivo de España, ni mucho menos, pero que puede ayudar a potenciar el crecimiento del empresariado español. Por otro lado, existe la posibilidad de que con esto se produzca una transformación del modelo de negocio o del mercado laboral, apareciendo para muchas empresas nuevas oportunidades que incluso pueden ir unidas a una diversificación del propio negocio ya existente.