Ha sido en la firma de un convenio con el presidente de la Diputación, Carlos García, por el que la institución provincial aporta 65.000 euros para afrontar parte de la urbanización del entorno del parque.

La infraestructura persigue “dar seguridad en materia de incendios urbanos y ponerlas a disposición de aquellas entidades, instituciones y administraciones como la Junta de Castilla y León y el Gobierno de España”, ha señalado el presidente de la institución provincial. “Invertir en seguridad es invertir el dinero en dar servicios de calidad”, ha señalado.

En los próximos días se firmarán acuerdos similares con los ayuntamientos de Arenas de San Pedro y Sotillo de la Adrada para sufragar gastos de urbanización alrededor de los respectivos parques. 

Las obras del de Cebreros “van a buen ritmo, al 80% de la ejecución”, por lo que “en las próximas semanas será una realidad”. “Estamos trabajando también para la dotación de los medios, ya hemos recibido parte de esos vehículos, y en el reglamento y en la  contratación de los primeros bomberos profesionales que van a dotar de seguridad a todas y cada una de las diferentes comarcas de nuestra provincia”, ha añadido García.

Graves incendios

Por su parte, el alcalde de Cebreros, Pedro Muñoz, ha destacado la relevancia de este proyecto: “su importancia es vital, no solo para nuestro municipio, sino para todos los municipios y vecinos de esta zona, el Valle del Alberche y Pinares”.

El regidor ha recordado los graves incendios forestales que han afectado a Cebreros en las últimas décadas, mencionando específicamente los años 2003, 2013, 2021 y 2022, cuando se registraron siniestros de gran magnitud. “La experiencia que acumula el municipio de Cebreros es trágica, con varios incendios de grandes dimensiones en los últimos años”, ha señalado.

Muñoz ha agradecido el compromiso de la Diputación para abordar “la dificultad de organizar una red de parques comarcales de extinción de incendios y emergencias”, por “el compromiso que ha tenido la institución provincial con un problema que nadie se atrevía a afrontar y que no era fácil”.

“Se siguió la mejor de las vías posibles, encargando el proyecto a un grupo de primer nivel como el Tidop de la Universidad de Salamanca”, ha recordado.