Tras la eucaristía presidida por el obispo de la diócesis abulense, Jesús Rico, la procesión se ha abierto paso desde la catedral, encabezada por los representantes de las cofradías de la ciudad, llevando la presencia de la custodia de plata del orfebre Juan de Arfe. Esta pieza, de 1,7 metros de altura, es un tesoro artístico que viaja en un paso a ruedas construido en Valladolid en 1805.

Antes del elemento solemne de la procesión ha desfilado la Banda de Cornetas El Amarrado y los pequeños de primera comunión, pacientes durante el recorrido y tras asistir a la misa.

A lo largo del recorrido, se han podido ver cinco altares, uno más que en años anteriores, gracias a la dedicación de diversas cofradías. La novedad de este año ha sido el altar del Ilustre Patronado de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora de las Vacas, ubicado en el pórtico de la iglesia de San Pedro. 

El arco del Alcázar ha sido el escenario del segundo altar, engalanado por la Real e Ilustre Archicofradía de Nuestro Padre Nazareno Jesús de Medinaceli. En la plaza Teniente Arévalo, el Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz ha mostrado el paso de la Santa Cena, mientras que en la plaza de Pedro Dávila, la Hermandad de Nazarenos Jesús Redentor ante Caifás y Nuestra Señora de la Estrella situó su altar. Finalmente, en la trasera de la iglesia de San Juan, la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza ha cerrado el recorrido de altares.

Tras la custodia ha desfilado la Corporación municipal y representantes de la Universidad Católica, para ser cerrado por alumnos de la Escuela Municipal de Música, que han sustituido así a la Banda de Música de Ávila.

La procesión ha incluido tres estaciones de adoración eucarística, en la plaza de Santa Teresa, junto al monumento de la palomilla, en la plaza del Mercado Chico, y ha culminado en la plaza de la Catedral, al final del recorrido, donde se ha realizado la bendición del Santísimo Sacramento.