La pretensión de esta publicación es la de “reivindicar el carácter universal de la literatura”, por lo que sus páginas se convierten en “la voz de los pequeños escritores de la calle, que no tienen los medios económicos para publicar y divulgar su obra a población desde el ámbito comercial”, según Eloy Hernández Pérez, uno de los seis creadores, de Ávila, Arévalo y Valladolid.

El primer número de la revista salió a la luz en 1998 en Arévalo, donde varios aficionados a la literatura se unieron con el propósito de compartir sus creaciones, si bien luego se amplió a colaboraciones desde otros lugares de España.

La revista ha publicado una docena de números, “ya que hubo uno especial, el 10,5, en homenaje a uno de sus fundadores, Javier Canales, fallecido en 2014”, según ha indicado Hernández Pérez.

Caperucita Negra se encuentra “abierta a todo aquel que quiera colaborar”. Aunque “la palabra colaborador va más allá de los autores que envían los textos, porque es también todo aquel que contribuye a la existencia de la revista y a la difusión, como es el caso de varios locales, bares y librerías, así como grupos de música que han ofrecido sus conciertos para financiarla”.

La presentación que tuvo lugar el sábado ha contado con la lectura de textos de Pablo Garcinuño, Xenaro Ovin, Elena Morado, Aída Salvador, Nicola Martell, Sara San Miguel y Eloy Kosa, y con la música de la guitarra de Jesús Gutiérrez.

La publicación puede conseguirse en librería Letras, Pizzería La Maladicha, Bar Soul Kichen, Pizzería Amalfi, Herbolario Santiveri (zona sur), y en Arévalo, Arenas de San Pedro y Valladolid. En su blog se pueden descargarse todos los números anteriores.