Las docentes del centro recibieron a los niños vestidas de serranas y bailando al ritmo del folclore de Ávila, enseñándoles el río Adaja trasladado a la escuela y que discurre por los espacios comunes del centro lleno de peces y ranas. Así, se han representado algunos ecosistemas que acompañan al río para que puedan observarlos como el piornal próximo a las fuentes del Adaja, el robledal del puerto de Villatoro, la cascada de Pradosegar, el Valle Amblés, el Soto y la presa de las Cogotas.  

El proyecto educativo de La Encarnación trata de involucrar a toda la comunidad educativa para hacer del aprendizaje una experiencia gratificante. Para lograrlo utilizan elementos muy motivadores como su querida mascota Kokolino, que vive aventuras imaginarias con los niños, con un cuento que, en cada proyecto, organiza y da significado a los retos que se proponen a los niños para que tengan una finalidad y el uso de los elementos tangibles para que los niños puedan aprenden experimentando. 

Cada uno de los 63 retos diseñados para el desarrollo de este proyecto se trabajarán con metodologías activas como el aprendizaje cooperativo basado en proyectos. Se ubican en distintos espacios flexibles para aprender, potenciarán la inclusión y el respeto a la diversidad de todo el alumnado y darán respuesta a los objetivos y contenidos de educación infantil. La decoración especial del centro “no es más que un elemento motivador que facilitará el desarrollo de todos esos retos o experiencias de aprendizaje envolviendo los últimos meses del curso de magia e ilusión, no solo para los niños, sino también para las familias y las docentes”.