Ha sido en una reunión que ya se ha convertido en tradición ante la proximidad del Primero de Mayo, en lo que es la primera reunión de Rico con líderes sindicales, dando continuidad a una práctica iniciada por su predecesor, José María Gil Tamayo.

En la reunión, que también contó con la presencia de Francisco Jiménez, director del Secretariado de Pastoral del Trabajo de la diócesis, y Antonio Gallardo, militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica, se abordaron temas críticos para la provincia de Ávila. Esta es la cuarta ocasión en que se realiza esta interacción, destacándose por la cordialidad y el respeto mutuo, aspectos que fueron especialmente subrayados dado que se trata del primer contacto de este tipo para el obispo.

Durante el diálogo, los líderes sindicales expresaron su gratitud por la oportunidad de mantener este tipo de interlocuciones, únicas en el contexto de Castilla y León, resaltando la exclusividad de Ávila en fomentar un diálogo constructivo entre la Iglesia y los sindicatos. Hablaron sobre la situación económica, social y laboral de la provincia de Ávila, lamentando que la provincia ocupa uno de los últimos lugares en Castilla y León en empleabilidad, infraestructuras y conexiones.

Obstáculos para el desarrollo

También se ha abordado el problema demográfico, así como “algunos obstáculos para el desarrollo, como las malas conexiones ferroviarias y la autopista de peaje a Madrid”. Y se ha reflexionado sobre la población inmigrante, constatando “una buena integración, sobre todo por parte de hispanoamericanos y ciudadanos europeos del Este”.

En un contexto de preocupación compartida por la situación internacional y la polarización política en España, el obispo enfatizó la importancia de abordar las cuestiones sociales desde los principios del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, recordando que el respeto a la dignidad humana es esencial para la institución que representa.

Los representantes sindicales, por su parte, valoraron positivamente la labor de la Iglesia en apoyar a personas en situaciones difíciles y el compromiso continuo de los cristianos en la sociedad. Recordaron con aprecio la intervención del obispo emérito Jesús García Burillo durante la crisis de Nissan, destacando su receptividad y apoyo al Comité de Empresa en aquel momento crítico.

Tanto el obispo como los representantes sindicales manifestaron su disposición para continuar el diálogo sobre temas de interés común y colaborar en cuestiones cruciales para el futuro de Ávila, así como la posibilidad de organizar futuros diálogos sobre asuntos de especial trascendencia.