Cultivar semillas, sean del tipo que sean, no es una tarea fácil. Da igual si eres de los que presta demasiada atención a tus plantas o de los que las dejan a sus anchas, hacer que una semilla brote supone un reto para muchas personas.

Sin embargo, cultivar tus propias plantas de verduras, hortalizas, decorativas o incluso de cannabis a partir de una simple semilla es un viaje extraordinario. Por eso, cada vez más personas se animan a intentarlo, aunque muchas se terminan por darse cuenta de que no cuentan con un don para ello.

Si tú también quieres ver cómo la vida se abre paso en tus macetas, hemos reunido 6 de los mejores consejos para ayudarte a conseguirlo. Sigue leyendo y descubre cómo hacer que tus semillas germinen.

Consejos para el cultivo de semillas

Mientras que semillas como las de lechuga, albahaca o algunas flores germinan con bastante facilidad, a otras como la planta del chile, la de la zanahoria o el cannabis les cuesta más. A continuación, repasamos algunos trucos y consejos básicos con los que esperamos que pronto tengas un jardín o unas macetas llenas de vida.

1. Consigue semillas de calidad

El más básico de los consejos es empezar con semillas de buena calidad, obtenidas de un distribuidor fiable. Existen tiendas especializadas donde comprar semillas fiables y que no contienen contaminantes, otras semillas de malas hierbas, envolturas de insectos, partículas de tierra o pulpa vegetal. En 420GrowShop tienes a tu disposición una amplia variedad, pero también instrumentos que te ayudarán al cultivo de plantas.

Antes de comprar cualquier semilla, investiga un poco las variedades que existen y las condiciones de cultivo de cada una para seleccionar las que mejor se adapten.

2. Haz una planificación del cultivo

Asegúrate de que cuentas con el espacio y las herramientas necesarias para empezar a cultivar tus semillas. Debes tener en cuenta qué vas a plantar, cuánto espacio para crecer necesitará cada brote y en qué época del año es mejor hacerlo. Si vas a plantar hortalizas o verduras también es importante que calcules cuántas consumes a la semana, para sembrar las suficientes para tener un suministro constante.

Es recomendable empezar a plantar poca cantidad, ya que si siembras muchas semillas y no ves resultados se convertirá en una experiencia muy frustrante.

3. Almacena las semillas adecuadamente

Las semillas son bastante frágiles, por lo que si no las tratas adecuadamente puedes poner en peligro su viabilidad. Para mantenerlas viables durante el máximo tiempo posible, guarda las semillas en un lugar fresco y oscuro con poca humedad. Guardarlas en una bolsa pequeña o bote y ciérralo bien, y a su vez, mete la bolsa o bote en un recipiente de plástico más grande.

Puedes comprobar la viabilidad de muchas semillas, aunque no de todas, poniéndolas en agua durante unas horas. Las que aún estén vivas se hundirán hasta el fondo, mientras que las muertas flotarán.

4. Coloca las semillas en recipientes anchos y planos

Existen semilleros que ya están preparados para ayudarte a germinar tus semillas de manera organizada, sin que se produzca un hacinamiento de plantas, ni otros problemas típicos como el exceso de humedad. Aunque la mejor opción es elegir macetas o recipientes de plástico anchos y con poco fondo, ya que mantienen el nivel de humedad de forma más constante.

Hay ciertas plantas cuyas raíces son más delicadas que es mejor no tocar al trasplantar, por eso, debes sembrar tus semillas en recipientes individuales. Asegúrate de que estos también tengan un buen drenaje y de que estén limpios.

5. Mantén constante el nivel de humedad

Las semillas son muy sensibles, por lo que pueden no germinar tanto por recibir agua en exceso como si tienen un riego insuficiente. Colocar papel film sobre la superficie de las macetas de semillas recién sembradas, ayuda a mantener constante el nivel de humedad. Sin embargo, tendrás que comprobar diariamente la humedad y la germinación. En cuanto germinen las semillas, retira la envoltura de plástico.

Si necesitas rehidratar tu semillero, coloca toda la maceta en un barreño con 5 o 6 cm de agua tibia y deja que absorba la humedad del fondo. Si solo se seca la superficie, levanta la cubierta de plástico y rociar la superficie con agua de un pulverizador.

6. Aporta la nutrición adecuada

Conseguir que tus semillas germinadas se conviertan en plantas adultas requiere que tengan una nutrición adecuada a un ritmo constante. Al principio la semilla se alimenta de sus propios componentes, pero según empieza a emerger de la tierra estos nutrientes iniciales se agotan y es necesario que utilices fertilizantes.

Aunque por lo general, la mayoría de las mezclas de semillas contienen una pequeña cantidad de nutrientes adicionales, cuando empiezan a salir las hojas de la planta llega el momento de empezar a utilizar un abono líquido de media potencia semanalmente.

Si siempre te ha costado hacer que tus semillas lleguen a germinar, esperamos que con estos seis consejos básicos puedas conseguirlo fácilmente.