Fruto de los efectos de la borrasca Nelson, uno de los actos más significativos de la Semana Santa de Ávila tenía que desarrollarse en el interior del principal templo de la diócesis.

Aunque inicialmente la temperatura en el exterior no era demasiado baja y la lluvia no había aparecido, todo cambió sobre las 6,30 de la mañana, cuando comenzó a caer agua, como estaba previsto.

A esa hora ya había finalizado el Vía Crucis más rápido de la historia reciente, ya que las más de dos horas que solía durar en su recorrido alrededor de la muralla, han quedado en unos 45 minutos. También se ha visto muy reducida la asistencia de fieles, que ha pasado de los 1.500 o 2.000 que suelen acudir, de media, a los 400 que han participado en esta ocasión.

La última vez que se produjo algo similar fue en el año 2011, cuando las inclemencias meteorológicas también obligaron a realizar el Vía Crucis en el interior de la catedral de El Salvador, aunque con una duración mayor.

En esta ocasión, ante la ausencia del obispo, Jesús Rico, el acto penitencial ha estado presidido por Luis Carlos Hernández,  delegado episcopal para las cofradías y la religiosidad popular.

El recorrido ha comenzado a las 5,30 de la madrugada, junto a la imponente talla del Santísimo Cristo de los Ajusticiados, del siglo XVI, y ha finalizado a las 6,15 ante la misma imagen, situada junto al trascoro del templo, junto al resto de pasos que tenían que haber participado en la procesión del Jueves Santo y los que tienen que formar parte del desfile procesional del Viernes Santo, si el tiempo lo permite.

Aún permanecen en la Catedral los dos tronos de la procesión de La Estrella, que en la tarde del martes Santo se tuvieron que refugiar en el principal templo de la Diócesis a mitad del recorrido, debido a la presencia de la lluvia. Desde entonces, no se han podido celebrar ninguno de los desfiles procesionales programados para el Martes, Miércoles y Jueves Santo.