El relevo se ha llevado a cabo en un acto celebrado en el salón de actos del centro, presidido por el director del Instituto de Historia y Cultura Militar General de División, Antonio Ruíz Benítez, y acompañado del director de Asuntos Económicos del Ejército de Tierra, el general de división Justino Tamargo Sierra. 

En un discurso que Sáez ha tenido que comenzar improvisando por haber extraviado la carpeta que lo contenía, ha narrado que, hace unos días, tras preguntarle si no le daba miedo vivir en “una casa tan grande” como es el palacio de Polentinos, aseguró que no, porque “no vive solo”, sino “con el fantasma de Polentinos” al que llama Raúl, porque hace: “Rauuuuuul”. 

“Nos llevamos bien. No sé si es general, llamándose Raúl no creo que sea general. Si vivo en Polentinos, él será general, pero yo marqués. Estoy por encima de él”, ha comentado en modo jocoso, refiriéndose al supuesto fantasma. 

Archivo modernizado

Ya sí, con su discurso en mano, el general ha reivindicado un archivo modernizado, con instalaciones robotizadas del siglo XXI, además de asegurar que perseguirá ganar la categoría de museo, en vez de la de museística como tiene actualmente, con visitas guiadas programadas a diario. “Aspiro a tener visitas guiadas programadas diariamente, ampliación de los horarios de visita y de salas de museo y, sobre todo, a un mayor impacto social y presencia en las redes sociales”, ha explicado.

“Nuestra primera prioridad -se ha propuesto- es que seguir siendo la preocupación constante por proporcionar la mejor asistencia a nuestros compatriotas que se acercan al archivo buscando información sobre sus familiares o para basar sus investigaciones sobre determinados periodos de nuestra historia”.

Todo ello “con el convencimiento de que, como depositarios y custodios de ese enorme patrimonio, debemos ser notarios de esa parte de nuestra historia militar, facilitando sí conocimiento y difusión”.

De la misma manera, nuevo responsable del archivo ha tendido su mano para “trabajar en equipo”, al tiempo que se ha erigido como el líder que “los llevará a buen puerto”, pidiendo que le traten como un amigo o un hermano. 

También ha solicitado a los trabajadores que dejen sus ideales políticos y partidistas en las puertas del palacio, porque no beneficia en la divulgación.