Fue el 23 de marzo de 2023 cuando la pared medianera que limitaba con el edificio de lo que en su día fue el Bar Jovita, se derrumbó. Por ello, los propietarios del establecimiento presentaron las denuncias pertinentes ante el Ayuntamiento, según ha narrado Lola, una de sus propietarias del antiguo bar. 

Tras lo sucedido en la madrugada del domingo y antes de anunciar el derribo del edificio que se ha llevado a cabo este martes, esta vecina consultó en la jornada del lunes en el Ayuntamiento el estado de su denuncia, donde la confirmaron que "estaba en tramitación".

Desde el Ayuntamiento se informó el lunes que el inmueble tenía abierto un procedimiento de revisión de su estado y que había sido revisado por parte de técnicos del Área de Urbanismo, por un lado, y por el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS) del Ayuntamiento de Ávila.

Durante el último año la vecina reconoce que lo ha vivido “con miedo”, porque, aunque el tejado estaba apuntalado con la pared caída, “no sabían si las inclemencias del tiempo en invierno” agravarían la situación. “Cada vez que daban mal tiempo, heladas o vientos -como ha pasado ahora- les decía a mis hermanos: ¿cómo nos despertaremos mañana? ¿Con qué noticias?”. 

Y la noticia llegó el domingo de madrugada, cuando un vecino los avisó de que la fachada se había caído, aunque en un primer momento los residentes de la zona creyeron que el ruido se debía a que varias personas podían estar echando arena en los contenedores. 

En el resto de casas se pasan revisiones

Y aunque Lola celebra la decisión de demoler parcialmente el edificio, pues una de las paredes exteriores se mantendrá en pie, según ha indicado; esta vecina no se explica cómo “en el resto de casas se pasan revisiones y pagan el IBI puntualmente”, mientras en otras “no se realizan y se toman las medidas que tienen que tomar”. Y es que, tal como ha señalado, “los herederos no aparecen”. 

Hasta ocho casas apuntaladas acumula el barrio de Las Vacas tras los dos derribos que han sacudido la zona en los últimos cinco meses, según ha detallado el portavoz del PP en el Ayuntamiento, Jorge Pato. El último ocurrió en septiembre, cuando el barrio despertó con el derrumbe del antiguo bar Monet. 

“Hay muchos inmuebles en este estado. Esperamos que no ocurra ninguna desgracia personal”, ha asegurado Lola, y aunque confiesa “no saber dónde está el remedio”, ni “quién tiene que poner el dinero”, reivindica una solución a este problema, pues además de los derrumbes, también causan insalubridad: “Hay ratas y en verano salen cucarachas. También las palomas, que no paran de entrar y salir por las ventanas de las casas que están derruidas”.