La investigación comenzó en agosto bajo el nombre de operación Ojo de Perdiz a partir de la detección de dos vecinos de La Adrada se dedicaban a la venta al menudeo de cocaína, hachís y marihuana.

A través de un matrimonio que regentaba una floristería en Talavera de la Reina (Toledo) adquirían la marihuana. El establecimiento comercial lo utilizaban como medio de cobertura legal para llevar a cabo las transacciones, además de que en las labores de cultivo y preparado de las plantas de marihuana participaban dos empleados del comercio.

La operación se dio por culminada a finales de octubre con la detención de seis personas con edades comprendidas entre los 32 y 53 años: dos de ellos eran de La Adrada y cuatro de Talavera.

Se les intervinieron 23 gramos de cocaína compacta, con un porcentaje de pureza elevado, y con una sustancia con la que se hubieran obtenido alrededor de 130 dosis.

También tenían cinco papelinas de cocaína preparadas para su venta, 860 gramos de hachís repartidos en diez tabletas, tres kilos de cogollos de marihuana ya preparados para su venta, y 33 plantas de marihuana en avanzado estado de floración.

Además disponían de dos básculas de precisión destinadas para el pesaje de la droga, un rollo de alambre destinado para el cierre de las papelinas de cocaína, numerosas bolsas monodosis destinadas para envasar las dosis de la droga, y 200 euros procedentes de la venta de la droga.

En la floristería se encontraba oculto un sofisticado invernadero artificial que contaba con numerosos instrumentos conectados a la red eléctrica, como focos de calor, termómetros y ventiladores, para acelerar el crecimiento y floración de las plantas de marihuana.