337 figuras, animales y complementos sobre 30 metros cuadrados componen ‘En una cueva de Greccio caminando hacia Belén’, nombre que el belenista Borja Nieto ha dado a su instalación que, como todos los años, ofrece novedades, como el humo que echa el cráter de un volcán no lejos del castillo de Herodes, que preside un poblado de pescadores, “algo diferente a lo habitual, con colores áridos y ocres”.

El volcán quiere “atrapar al espectador para que se sienta envuelto en la historia” de un belén que tiene una compleja composición de pasarelas y calles del pueblo, por la que transitan personas y animales, entre algunas jaimas y puestos de cetrería, y donde el visitante puede fijarse en las perspectivas logradas.

Nieto afronta cada año la tarea del belén del Patronato de Nuestra Señora de la Misericordia en febrero, cuando le empiezan “a llegar las ideas”, y es un mes antes de su apertura cuando se pone manos a la obra para el montaje.

Lo que nunca habrá en su belén son la mula y el buey en el portal, por eso hay una acémila y un perro que acompaña a los pastores: “es difícil que lo ponga juntos, porque la mula representa la calma y la mansedumbre, por lo que tiene que estar dentro del portal y era un elemento de trabajo y transporte, mientras que el buey era un animal para gente de dinero, por eso siempre lo represento como un préstamo para el niño para que recibiese calor”.

El belén en la iglesia de San Martín puede visitarse hasta el 4 de enero, de lunes a viernes (de 18,30 a 20 horas), los sábados y domingos (de 12 a 14 y de 18,30 a 20 horas) y los días de Navidad y Año Nuevo (de 18,30 a 20 horas).