La distribución realizada en las parroquias por unidades pastorales, “ha facilitado que se pueda hacer la mejor atención pastoral posible, pero es cierto que hay bastantes sacerdotes muy cargados. Es decir, hay sacerdotes que tienen 7, 8 y 9 pueblos”, ha precisado el obispo de Ávila, Jesús Rico, aunque muchas de esas localidades son pequeñas y “no es lo mismo un pueblo de mil habitantes que un pueblo de 80”. 

Respecto a incorporaciones que pudiesen sumarse a la acción pastoral, Jesús Rico ha informado que actualmente hay cinco seminaristas de la diócesis de Ávila, Dos en propedéutico y tres en los estudios eclesiásticos, aunque en diversos cursos, por lo que “puede ser una ordenación por año”. 

Colaboración con laicos

Sin embargo, “ahora sí se está planteando cómo atender pastoralmente la diócesis, contando con los laicos que son conscientes de su vocación laical y de su misión de evangelizar”, aunque será para un plazo de diez años, para que estas personas “estén bien preparadas, sean gente con una experiencia de fe seria y puedan hacer un acompañamiento con la ayuda y el consejo de un sacerdote que esté detrás de ellos para poder atender mejor todas esas necesidades”.

Colaboraciones que no incluirían las eucaristías, pues son propias del ministerio sacerdotal, pero sí las celebraciones de la palabra, llevar la comunión a los enfermos, las catequesis o el acompañamiento personal, pero todo eso tiene que prepararse. 

Una información que el obispo de Ávila ha dado a conocer en el marco de una rueda de prensa en la que la diócesis abulense ha informado de su cuenta de resultados referente al año 2022 ha ingresado 6.088.747,57 euros, con unos gastos que ascienden hasta los 5.253.754 de euros, lo que supone una capacidad de financiación para 2023 cercana a los 835.000 euros. 

Ingresos que no proceden de los Presupuestos Generales del Estado, pero sí de otras subvenciones o servicios, de aportaciones directas de los fieles o de ingresos generados por su patrimonio y otras actividades.