Fue el martes, en la noche de Halloween en un control de alcoholemia en la calle San Pedro Bautista, cuando los agentes una prueba a un conductor que dio negativo. Sin embargo, el conductor del vehículo estaba muy nervioso, por lo que le pidieron que bajase del coche para realizarle un cacheo de seguridad y registrar el vehículo.

Al preguntarle por la procedencia de varias sustancias que encontraron, el joven afirmó que eran para consumo propio y para repartirlas entre unos amigos que le esperaban. En su poder llevaba seis envoltorios con una sustancia compacta de color marrón en su interior, que podría ser hachís, dos bolsitas que contenían una sustancia vegetal herbácea que podría identificarse como marihuana y un bote de color negro en cuyo interior había 13 pastillas de color blanco, posiblemente aminoácidos.

Los agentes se incautaron de las sustancias y se procedió a su detención, informándole que era posible autor de un delito contra la salud pública.

Según la legislación vigente, el consumo o tenencia de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas en lugares, vías, establecimientos públicos o transportes colectivos se constituye en una infracción grave de las tipificadas en la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana y lleva aparejada una sanción económica mínima de 601 euros. Cuando dichas sustancias están destinadas al tráfico, este hecho constituye un delito de los recogidos en el Código Penal y en la Ley Orgánica sobre Delitos contra la Salud Pública, que puede acarrear penas de multa de seis a doce meses, pena de prisión de uno a cuatro años e inhabilitación especial para profesión, oficio, industria o comercio por un tiempo de tres a seis años.

Conducción dando bandazos

Por otra parte, el pasado miércoles, a las 21 horas, la Policía Local de Ávila denunció a un conductor de 31 años por un posible delito contra la seguridad vial.

Ese día, este cuerpo policial fue alertado por una llamada de que un vehículo circulaba desde la glorieta de Bascarrabal en dirección Ávila, dando bandazos e invadiendo en varias ocasiones el carril del sentido contrario.

El turismo fue interceptado en la calle Agustín Rodríguez Sahagún, donde los agentes observaron que el conductor presentaba "síntomas y un comportamiento que permitían razonablemente presumir que conducía bajo la influencia de bebidas alcohólicas".

Tras ser sometido a las pruebas de alcoholemia, las mismas arrojaron una tasa de alcohol "altamente positiva", por lo que la Policía Local instruyó el correspondiente atestado por la presunta comisión de un delito contra la seguridad vial.