Se trata de una fiesta perdida y que ahora al menos en esta ocasión se ha recuperado con motivo de que un grupo de 45 jóvenes ha recibido el sacramento de la confirmación.

La procesión se ha celebrado con la imagen del santo del siglo XVII hallada en el triforio del templo románico de San Vicente.

El párroco, Fernando Gutiérrez, destaca que los santos mártires hermanos Vicente, Sabina y Cristeta son los “patronos principales de la ciudad”, sin embargo es algo que “a veces se olvida”.

No hay dato exacto de cuando desapareció la procesión entre la basílica. ¿Los motivos? “Quizá porque la devoción a Santa Teresa y San Segundo fue a más” en detrimento de San Vicente.

En esta ocasión la confirmación de 33 jóvenes de San Vicente, 11 del Inmaculado Corazón de María (ICM) y uno de la Parroquia de San Pedro ha servido para revivir la tradición, que se celebraba el 27 de octubre, aunque durante algún tiempo se adelantaba al 30 de agosto para evitar el mal tiempo del otoño.

Tras la celebración del sacramento en el primer templo de la Catedral, los jóvenes trasladaron de nuevo al santo a basílica juradera, una procesión única de la que no se asegura la continuidad.

De algo más de un metro de altura, el párroco ha descrito la talla  como la de “un joven vestido al estilo militar romano”, evidentemente “no se corresponde con lo que realmente era”.