Así se ha expuesto en un manifiesto que se ha leído en la tarde del viernes en el parque de la petanca, en la avenida Juan Pablo II, antes de celebrar una vigilia de oración en la parroquia de San José Obrero por parte de este movimiento en el que se encuentra la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC).

En el manifiesto ‘Un trabajo decente tiene que ser un trabajo’, con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente del 7 de octubre, se recuerda que el trabajo “es siempre un medio imprescindible para el reconocimiento de la sagrada dignidad de las personas” y nunca “un castigo para las personas”. Por ello, lamenta que muchas veces algunos puestos de trabajo estén planteados “exclusivamente desde el punto de vista económico y no desde la perspectiva humana”.

La situación de precariedad que sufren muchas personas trabajadoras es una de las causas del aumento de la siniestralidad, de ahí que este movimiento subraye que “la falta de seguridad en los lugares de trabajo es especialmente preocupante en los empleos feminizados (limpieza, cuidados, enfermería…)”, ya que “son numerosos los casos de cargas esqueleto-musculares, así como los problemas de salud mental”.

Bienestar mental

El bienestar mental, apuntan que afirma un estudio, es “una de las causas prioritarias a la hora de abandonar un puesto de trabajo, seguida de la búsqueda de mejora de condiciones y las mayores posibilidades de conciliación”.

Por todo esto, los movimientos promotores de ITD, reclaman al Gobierno y a los agentes socioeconómicos “un trabajo en el que no sufra la salud” de las personas trabajadoras. “Exigimos, junto a otros colectivos de trabajadores, la implantación y el cumplimiento de los medios de prevención de riesgos laborales que defiendan la vida de los trabajadores”, señala el manifiesto.

Asimismo, piden a las instituciones y Administraciones un compromiso de promoción del trabajo decente que evite la exclusión y la precariedad.