Se le considera presunto autor de varios delitos contra la salud pública en la modalidad de cultivo y elaboración de droga, así como de defraudación de fluido eléctrico.
La operación Calleja, desarrollada por la Guardia civil del puesto de Muñogalindo, se inició en septiembre, cuando la Guardia Civil supo de una posible plantación de marihuana en una vivienda ubicada de Salobral, iniciándose diferentes gestiones y vigilancias en torno a la casa.
Los agentes, que se centraron en los movimientos de quien supuestamente cultivaba esa sustancia, lograron certificar que tenía varias plantas de marihuana, tanto en el exterior de la vivienda, pero ocultas en un lateral, como en otra edificación cercana, donde se encontraban tapadas con unos plásticos.
Asimismo, se obtuvieron indicios suficientes para sospechar de la existencia de un posible laboratorio indoor en esa vivienda, cuyo sistema eléctrico podía estar siendo manipulado para adquirir energía de forma fraudulenta.
Registro domiciliario
Por ello, el día 28 se llevó a cabo un registro domiciliario, durante el cual fueron incautadas 31 plantas de marihuana, con un peso bruto aproximado de 1,1 kilos; una carabina; una báscula de precisión; un balastro para la potencia de luz; una lámpara de 600 vatios y dos medidores de ph.
Además, había un rollo de tela de espejo, un termómetro para controlar humedad y temperatura, un calefactor, un humidificador y ventilador, unas tijeras de poda y numerosos fertilizantes, abonos, minerales y productos químicos.
Igualmente, los agentes comprobaron que el sistema eléctrico había sido manipulado, tras lo cual su morador fue puesto a disposición judicial en calidad de detenido.
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