¿Hace cuánto tiempo que te dedicas al adiestramiento canino?
Como adiestrador canino llevo desde el 2011, luego hice la formación como técnico en modificación de conducta canina y desde julio tenemos abierta una residencia canina que es, en realidad, un centro que incluye residencia canina y centro de adiestramiento.
¿En qué consiste Cobican?
Cobican en principio era adiestramiento y ahora ya es un complejo canino. Dentro de la parte de adiestramiento existen varias opciones. Educación canina desde que el perro es cachorro y llega a nuestra casa, y también ofrecemos asesoramiento sobre las malas conductas que son inadecuadas, o bien porque nosotros hayamos cometido algún error en esa primera fase de educación, o bien porque el perro venga genéticamente predispuesto a algunos comportamientos inadecuados, pues introducimos ciertas pautas para conseguir modificarlo.
Tenemos diversas actividades de socialización en grupos, trabajos de adiestramiento. Así como la opción de residencia con adiestramiento o modificación que bien puede ser para aquellos dueños que tienen poco tiempo o no cuentan con la posibilidad o capacidad de realizar una modificación de conducta, por lo que haríamos nosotros un primer trabajo de modificación y después un cambio de mando, dándoles las mismas pautas con las que nosotros hemos trabajado para que el dueño pueda seguir con ese trabajo en casa.
¿Suele ser difícil de seguir ese cambio de mando?
El mayor problema lo tenemos los humanos, porque en realidad es una modificación de conducta. No es cambiar al animal, sino las nuestras para que la conducta del animal cambie. Y muchas veces nosotros tenemos esos vicios adquiridos. Yo lo relaciono con aprender a conducir, puesto que si ya has conducido antes de sacarte el carnet es muy complicado quitarte todos los vicios, pero si es una educación de base y se parte de cero, es más sencillo.
¿De dónde nace el proyecto?
Parte de una curiosidad mía que había tenido toda la vida hacia los animales, siempre me habían encantado los perros y veía que faltaba algo. Notaba en mi relación con los animales que me faltaba un plus. O sea, de mi pasión he creado mi modo de vida. Empezó con el adiestramiento y la modificación de conducta y poco a poco ha ido evolucionando todo el proyecto que cada vez se va haciendo más grande con la residencia y del complejo canino.
¿Cómo es un día a día en vuestro trabajo?
La gran mayoría de los perros que tenemos ahora están en residencia por la época en la que estamos. Lo primero es un paseo dirigido con todos los paseos de la residencia, de forma individual o por parejas, para que vayan socializando y liberando ansiedad. Después los dejamos con paseos en juego por toda la finca o en recintos controlados para que ellos socialicen con otros perros de la residencia, si son perros sociables. Y si no de forma individual.
Aun así, todos los perros tienen su chenil (perrera o refugio para perros) y patio individual, que se limpia y desinfecta diariamente Al final es como un campamento de niños estructurado que los hace relajarse para que no generen ansiedad, y no meterlos en una jaula durante 15 días.
De hecho, una de las cosas que llama la atención de los clientes es que no se oye a los perros ladrar ni llorar, sino todo lo contrario. Y están tranquilos porque están en mitad de la naturaleza, con grandes espacios, porque la finca tiene una hectárea de terreno, más que suficiente para ellos.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
La relación con los animales y hacer lo que más me gusta. También la satisfacción que les genera a los dueños poderse marchar de vacaciones y estar tranquilos. Porque una de las razones por las que creamos la residencia era que los dueños se marcharan tranquilos, como si fuéramos nosotros, y dejáramos a nuestras mascotas a la guarda de alguien, sabiendo que va a estar bien.
¿Crees que parte de los abandonos de animales puede darse también porque el animal no tiene un buen comportamiento y la familia, quizá, no ponga empeño en adiestrarlo?
Hay varios factores que influyen al abandono. Primero una cuestión social y de conciencia personal. Quiero entender que la sociedad está cambiando y que la mascota es uno más de la familia. Para ello tenemos que preocuparnos de la educación del animal, porque muchas veces ocurre que, como no está educado, nos genera conflicto y nos lo quitamos de encima.
Otra de las razones es que es el capricho o porque tenemos ganas y no es un juguete. Es una mascota a la que hay que educar y a la que hay que cubrir con todas sus necesidades y completar todos sus ámbitos, tanto de salud mental y física, cariño. Y todo eso requiere de conciencia personal y tiempo y ganas de aplicarlo.
Veganauta | Martes, 15 de Agosto de 2023 a las 17:24:29 horas
Este tipo de entrevistas son muy necesarias para conocer a qué se dedican las gentes de bien.
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