¿Cómo comenzaste en el mundo de la interpretación?

Pues haciendo teatro desde muy pequeña. Lo que más recuerdo es cuando empecé en el instituto Isabel de Castilla, donde es supertípico hacer teatro, porque celebran un certamen todos los años. Después, en la carrera, lo dejé durante cuatro años porque me quedé estudiando, y luego encontré al grupo con el que estoy ahora, que es Escabel.

¿Y dónde te podemos ver actuando?

Pues nosotros ahora mismo estamos con las visitas guiadas del Ayuntamiento desde marzo hasta octubre. Son esas visitas guiadas teatralizadas que a lo largo de los meses van cambiando la temática. En marzo, por ejemplo, como hace más frío y el clima de Ávila no es tan favorable, la visita va por distintos palacios y nosotros hacemos actuaciones en cada uno. Después en verano hay unas los fines de semana, a pie de calle y otras en las de la muralla, que son las que conoce todo el mundo.

¿Lo compaginas con otro trabajo?

Sí, yo soy enfermera. Al final el teatro me ocupa mucho tiempo. Y yo a turnos con la enfermería, pues tengo que cambiarlos mucho. Es un poco quebradero de cabeza. Claro, el teatro lo tengo como un hobby, aunque lo haya hecho siempre, y sí que me lo tomo muy en serio, porque me gusta mucho. 

Yo siempre digo que estoy pluriempleada, porque casi me ocupa el mismo tiempo una cosa que la otra, entre ensayos y demás. Porque no solo es el día de la actuación, hay muchos meses de ensayo detrás, entonces siempre estoy cambiando turnos. Benditas sean mis compañeras que me hacen mil favores.

¿Qué es lo que más te gusta de la interpretación?

Las obras de teatro, porque al final pasas más tiempo dedicándolo a convertirte en un personaje. A lo mejor una obra de teatro dura una hora y media, mientras que en las visitas guiadas, el tiempo de interpretación es un poquito más corto.  En una obra, poder convertirte en otra persona durante una hora y media y estar preparándolo durante muchos meses está muy guay. 

En el instituto siempre habíamos hecho el teatro al uso, de escenario. Y en las visitas guiadas es teatro a pie de calle, que yo nunca lo había hecho e interactuar con el público de una forma tan cercana y ver su reacción, que los puedes hasta tocar, eso también es muy interesante.

¿Tienes alguna experiencia que te haya marcado en concreto con esa relación con el público?

Bueno, una mala. Con las ´leyendas de 'Ávila Misteriosa', que son como tenebrosas, yo hacía de bruja y al principio tenía un monólogo con el público en el que les maldecía, porque, bueno, pues lo que hacían las brujas. Y un señor reaccionó mal, le asusté más de la cuenta y me dio un tortazo y yo pues... me quedé con el tortazo y seguí actuando como si nada.

En ese momento no sé como lo hice, pero seguí actuando, esa parte duraba cinco minutos, era un discurso muy cortito, lo que tenía que hacer y esto fue como una mitad del discurso. Y ya cuando me fui de allí, que me reuní con todos mis compañeros para la siguiente actuación, me puse nerviosa, no sabía qué hacer, estaba temblando, con ganas de llorar y sin saber lo que había pasado, porque es que tampoco nadie reaccionó ante eso, que eso fue lo que me sorprendió, que nadie dijese nada en ese momento. 

Al final de la visita sí que hubo una disculpa, pero la actuación la tuve que hacer con el tortazo en la cara. A ver, ahora lo recuerdas como una anécdota. Pero sí, en el momento fue durillo.

Tener al público tan cerca, ¿es una de las cosas más difíciles a las que te has tenido que enfrentar?

Es una de las más difíciles, pero también tienes el factor error, que te puedes equivocar en cualquier momento. Y a lo mejor en un escenario es más fácil de llevar que si tienes el público a medio metro. Entonces hay que disimular muy bien si se te va el texto. 

Pero es de las cosas que más me gustan, es muy gratificante. Tú ves a la gente reírse a carcajadas contigo y los tienes allí también. Es muy difícil, pero es de las cosas más gratificantes también. 

¿Dirías que la interpretación es una profesión que está reconocida por el público?

Yo, que no me dedico a ello profesionalmente, tampoco puedo dar una opinión muy formada, pero yo diría que no se valora todo lo que hay detrás, porque la gente al final observa el ratito que te ve, no todo el trabajo de vestuario, de maquillaje, de ensayos o de preparación, que es un proceso muy largo al final. 

Tengo amigas que han estudiado interpretación, que se dedican a ello profesionalmente, y está muy infravalorado, yo creo. 

¿Y a ti te gustaría dedicarte a ello de forma profesional? 

Pues lo pienso muchas veces. El hacer estudios de interpretación. Lo que pasa es que ya con una carrera, aquí en Ávila estoy asentada, al final tengo a mi familia, a mis amigos y mi casa. Además, la enfermería también me gusta mucho. Y dedicar otros cuatro años a otra carrera de forma profesional para que, a lo mejor, no me lleve a nada... porque unos estudios de interpretación están bien, pero tienes que ser muy bueno, tener mucha suerte o tener contactos. Y yo no sé si no tengo ninguna de las tres. 

A mí siempre me ha gustado mucho el mundo artístico. Yo he cantado siempre en una coral, que también dejé con la carrera, la pintura que -pinto una vez al año-, pero bueno, que siempre me ha gustado todo lo artístico. En el momento de decidir por dónde tirar, pues al final tiré por enfermería y bueno, de momento me está yendo bien, pero siempre tengo ahí el teatro como recámara para olvidarme un poco de todo lo demás.