Deberá pagar 100 euros, a razón de diez euros por diez días, en una decisión que responde al recurso de apelación interpuesto contra la sentencia dictada en julio por el Juzgado de Instrucción número 1, que absolvió al empleado. Entonces se indicó que “no queda probado que el denunciado dijera a la denunciante te voy a partir la boca” cuando se dirigió a quienes protestaban para decirles que “pararan de insultar a los empleados”.

Ahora la Audiencia dice que “ha quedado probado claramente las amenazas” a Pilar Baeza, portavoz de los afectados por las participaciones preferentes, cuando el 7 de febrero entró junto a otros perjudicados en la oficina de Bankia en el Mercado Grande

Cámaras
Y esto después de visionar la grabación de las cámaras de seguridad aportadas por la Policía. “A las 12 horas y 16 minutos -se indica- aparece en escena un varón de pelo canoso, de camisa azul clara, pantalón de pinza, al parecer empleado de la entidad bancaria, el cual se dirige directamente a María Pilar, reclamando su atención, tocándola el brazo, a la vez que le señala con el dedo índice, en actitud de reproche, acercándose a ambos varias personas, siendo un cliente de la sucursal, quien aparta al empleado bancario, a la vez que se acerca un vigilante de seguridad que se lo lleva fuera de la visión de las cámaras”.

“A las 12 horas y 18 minutos -se añade- baja el subdirector de la entidad bancaria, acompañado por el director y otras personas, los cuales se dirigen en actitud pacífica hacía María del Pilar, la cual no para de gesticular y hacer aspavientos con las manos”.

“De lo anterior -se señala- se desprende que se han dirigido dos empleados de Bankia hacia la denunciante, uno reprochándola y siendo necesario que otro empleado le apartara del lugar, además que el vigilante de seguridad se lo llevara. Por tanto, concurren el hecho de su estado nervioso y de reproche a la denunciante y el hecho de que tal estado alarmara a otras personas que trabajaban en Bankia que comprendieron las malas formas del empleado y se dirigieron hacia él para evitar la situación que creaba con su conducta”.

Conducta
Por el contrario, añade la sentencia, “ninguno de los restantes empleados entendió que la conducta de la denunciante fuera arbitraria, ni tampoco el vigilante de seguridad intervino en contra de la misma. A ello se ha de añadir que tanto el director, el subdirector y otras personas se dirigieron de forma pacífica a la denunciante, lo que significa una conducta totalmente distinta a la del denunciado”.

También se explica que en los testimonios recogidos el día del juicio de faltas quedó claro que “el denunciado amenazó, sin ningún género de dudas, a la denunciante".

No es la primera denuncia que se intercambian empleados y afectados por las preferentes: el 18 de febrero el director de la misma oficina denunció a un cliente, que resultó absuelto.