Su personalidad hace que conecte rápido con los clientes, por eso algunos llevan más de una década acudiendo a su negocio: 'Estética y Peluquería Ana Isabel y Mayte'. Al menos, desde que ella empezó a trabajar a los 18 años. 

¿Llevar un negocio propio, con picos de trabajo tan grandes, es difícil a la hora de conciliar con la vida familiar?

No, aunque por ejemplo si yo tengo una boda por la mañana, no voy a poder ir porque tengo que abrir el centro. El día que más horas podemos llegar a trabajar, estamos 13 horas. 

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Estar con la gente y el cariño de las personas. Aunque a la vez es duro. No toda la gente tiene la misma paciencia. Porque si una persona llega tarde, la que viene después no sabe por qué vamos con retraso. Y es en ese momento cuándo a lo mejor se producen los malentendidos, por la falta de comprensión y empatía. 

Seguro que para muchos, acudir a la peluquería es un momento de desconexión y de entablar relación y conversación.

Sí. Además, se crean vínculos de amistad con esas personas, las acabas cogiendo muchísimo cariño. El problema es que vivimos en unos tiempos en los que todo el mundo va con prisa a todos lados, no disfrutamos de los momentos. Creo necesitaríamos dedicarnos más tiempo para nosotros mismos, para disfrutar de ese instante de desconexión en el que nos están mimando y cuidando, y olvidarnos de lo que tenemos que hacer después. 

El mundo de la estética ha evolucionado mucho con los años, más con la llegada de las redes sociales. ¿Has observado que cada vez te pidan cosas más imposibles que se asemejen más a un filtro, que a la realidad?

Sí, porque cada vez más la sociedad intenta parecerse a los llamados ‘influencers’.

Además, se pretende vivir bajo una imagen en la que se da más importancia al aspecto físico. Y nos tenemos que querer tal y como somos, no como la persona que se ve en la foto. Porque lo que se ve detrás de la pantalla, ya se sabe que, en su mayoría, no es real. Habitualmente se muestra lo que uno quiere, no la realidad de todo. 

Por tanto, ¿es difícil aconsejar a estas personas sobre lo que es mejor para ellos?

No, porque si vienen al centro es porque confían en ti, en el cambio que los vas a hacer y en lo que los estás proponiendo. 

¿Qué es lo que más demandan los clientes en tu peluquería?

Lo más demandado son los cortes degradados de los chicos. Porque al final, los cortes de pelo y los tintes de las clientas se realizan una vez al mes. Sin embargo, los degradados nos los demandan ellos cada semana o cada 15 días. Por lo que la afluencia en el centro es mayor en varones que en mujeres. 

Pero en vuestro centro no solo ofrecéis servicios de peluquería. 

No, es un centro de peluquería y estética. Por eso, por una parte, hacemos todo lo referido con el cabello como moldeadores, mechas, color, cortes o hidratación y brillo. Pero también, todo lo relacionado con lo estético, desde limpieza de cutis, masajes relajantes, lifting de pestañas, manicura semipermanente y de gel, hasta depilación tradicional y láser. 

¿Qué consejo darías para cuidar el cabello este verano? 

Tener un hábito en casa con mascarilla y dejar actuar los productos. Para cabellos teñidos recomiendo que sea con hidratación y brillo, porque al haber aplicado químicos se pierde el brillo y se buscan melenas que no sean en color mate, sino que al salir a la calle se perciba el brillo del cabello. Además de utilizar un sérum. 

Lo ideal sería que, de vez en cuando, dejáramos reposar la mascarilla en sucio y en seco con el cabello recogido, por ejemplo, en una trenza. Parecerá que hemos aplicado laca, pero estará actuando durante horas, aunque salgamos a la calle con ello. Una vez lleguemos a casa y lavemos el pelo, aplicando de nuevo algo de mascarilla, ya habremos hecho un tratamiento de hidratación que hemos dejado actuar durante un largo periodo de tiempo. 

También es importante utilizar una temperatura adecuada, tanto de secador como de plancha, porque no dejamos los cabellos secar al aire -que sería lo ideal-. Cada cabello necesita una temperatura. Y siempre los ponemos a máxima temperatura. 

Para la playa y la piscina, más que protectores, recomiendo mascarillas. Aplicarlas con el cabello recogido o suelto, porque el mar y el cloro resecan tanto la piel como el pelo.