En la madrugada de este miércoles, una patrulla tuvo que acudir porque el vigilante que se encontraba en las Urgencias tenía “problemas” con una paciente.

Cuando la patrulla policial llegó al centro hospitalario, los médicos del servicio de Urgencias contaron a los agentes el problema que tenían, puesto que había una mujer a la que tenían que realizar una valoración, pero se encontraba con claros síntomas de embriaguez con su bebé de 17 meses.

Entonces fue cuando la mujer se quiso marchar del centro hospitalario sin permiso de los sanitarios, por lo que fue interceptada por el vigilante de seguridad y los policías que se encontraban allí.

Lograron convencerla para que entrase de nuevo en el hospital, para que fuera atendida tanto ella como el bebé “velando así por la integridad de ambos”.

En ese momento uno de los agentes cogió en sus brazos al bebé y lo logró tranquilizar para trasladarlo a la sección de Pediatría del hospital, para que fuera atendido por los médicos. Entonces fue cuando un agente de la Policía, con la ayuda del personal sanitario, le dio el biberón.

Esta actuación en la que la Policía Nacional “protege la vida de un bebé de 17 meses” ha sido destacada por la Dirección General de la Policía, que ha subrayado que “la labor humanitaria de los policías fue fundamental para calmar al bebé”.