El sacerdote vallisoletano de Montemayor de Pililla ha estado acompañado en esta ceremonia por su madre, sus hermanos y familiares y allegados, entre los que figuraban vecinos del pueblo en el que Rico nació hace 69 años.

La otra familia, la religiosa, ha estado ampliamente representada en una ordenación episcopal presidida por el cardenal arzobispo emérito de Valladolid, el abulense Ricardo Blázquez, y que ha contado con la presencia del nuncio del Papa en España, Benedito Auza, así como de otro abulense, el obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo, José Luis Retana.

En total, han asistido al inicio del ministerio como obispo de Ávila de Jesús Rico, siete arzobispos, entre los que figuraba su predecesor en el cargo y actual arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo; 16 obispos; cuatro obispos auxiliares y 15 cardenales, arzobispos, obispos y obispos auxiliares eméritos, como el cardenal arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que fue también presidente de la Conferencia Episcopal,

A ellos se han sumado, además de una cuarentena de sacerdotes concelebrantes, numerosas autoridades abulenses, entre las que figuraba el alcalde de la capital, Jesús Manuel Sánchez Cabrera; el presidente de la Diputación, Carlos García; y el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández. Estas autoridades le han saludado antes de la eucaristía, en la plaza de la Catedral, junto al subdelegado del Gobierno, Fernando Galeado, que no ha acudido a la ceremonia. También han presenciado la ordenación María del Rosario Sáez Yuguero, rectora de la Universidad Católica de Ávila (UCAV), de la que Rico se ha convertido en gran canciller; y la rectora de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), Mercedes Cortés Diéguez.

Pequeño susto

Tres días después de cumplir con la costumbre de llegar a Ávila a través de la localidad de Aldeavieja, Rico ha iniciado su ministerio episcopal con una ceremonia que ha contado con menos fieles que la anterior, ya que muchas sillas han quedado vacías, y con un pequeño susto.

En un momento de la ceremonia, un fraile dominico abulense que ha acudido a la ceremonia llegado de Japón, se ha sentido indispuesto y ha tenido que ser atendido de una arritmia cardíaca por la que ha sido trasladado al Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, tras ser atendido por las asistencias sanitarias. Entre ellas se encontraba el procurador de Por Ávila, Pedro Pascual, que, como hace cinco años, también ha participado en la atención a este fraile, aunque en esta ocasión de forma de diciembre de 2018, cuando un familiar de Gil Tamayo falleció, en la ceremonia de su ordenación.

Al margen de este episodio, en la ceremonia religiosa el primero en tomar la palabra ha sido el nuncio del Papa en España, quien se ha referido al IV Centenario de la Canonización de Santa Teresa de Jesús, antes de subrayar el trabajo del anterior obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, así como la labor de Jesús García Burillo, no solo durante el último año como administrador apostólico de la diócesis abulense, sino también como obispo de la Diócesis entre 2003 y 2018.

Después, el propio García Burillo ha dado la “bienvenida” a Jesús Rico, quien ha sido “acogido con solemnidad en la Iglesia madre”. 

Santa Teresa

Posteriormente, ha tomado la palabra Ricardo Blázquez, quien ha echado mano del calendario para destacar el hecho de que dos de los últimos obispos de Ávila, Antonio Cañizares, que por motivos de salud no ha podido acudir, y el propio Jesús Rico, hayan nacido el 15 de octubre, día de la festividad de Santa Teresa.

“Desde el mismo nacimiento tienen una actividad particular con La Santa”, ha dicho Blázquez, para después resaltar la unión entre Ávila y Santa Teresa: “Ambos nombres se infieren mutuamente”.

En sus alusiones a la primera mujer doctora de la Iglesia, el cardenal arzobispo emérito de Valladolid ha señalado que Santa Teresa “reivindicó su puesto de mujer en la Iglesia”.

Primera homilía como obispo

Tras tomar posesión de la cátedra, Jesús Rico, que entre 2020 y 2023 ha sido rector del Pontificio Colegio Español de San José de Roma, ha agradecido la presencia de las autoridades, a quienes ha ofrecido "colaborar en todo lo que sirva para el bien común, en aras a una sociedad más justa y fraterna".

Asimismo, ha hecho referencia al "reto" que, en su opinión, supone evangelizar actualmente, "en medio de una cultura de la indiferencia y la increencia". "A nosotros nos toca sembrar, salir sin miedo al encuentro del hombre con la buena nueva, fuente de plenitud y felicidad", ha añadido, antes de afirmar: "No estamos llamados a salvarnos solos".

Sobre la "renovación de la Iglesia", Rico ha comentado que "solo vendrá de la fuerza de aquellos que tienen raíces profundas y viven de la plenitud y el abrazo compartido de la fe". "La Iglesia, en todas sus expresiones, está llamada a ser comunidad, y no una cualquiera, sino al estilo de Dios, uno y trino, unidad en la diversidad. Sin guerras mutuas, capaz de dejar de lado rencillas y divisiones, comunidad de fe y amor, donde el servicio a la caridad lo invade todo", ha sostenido.

En referencia a la Iglesia abulense, Rico ha hablado de “memoria agradecida" hacia "tantos testigos que salieron de esta tierra para ayudar a una auténtica reforma de la Iglesia", en alusión, entre otros, Santa Teresa de Jesús.

Uno de los últimos momentos de la ceremonia ha tenido lugar junto a los obispos de Coria, Jesús Pulido Arriero, y Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, que han acompañado a Rico en su recorrido por el interior de la Catedral para saludar, entre aplausos, a los fieles. Y es que los tres son miembros de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos.

Tras la ceremonia religiosa, Rico ha celebrado su ordenación episcopal en el Seminario, con una comida para 200 asistentes, con los productos abulenses como protagonistas. Además, se les ha obsequiado con una bolsa de productos locales, entre los que no han faltado las Yemas de Santa Teresa.