La Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid fletó un tren que partió a las 9,44 de la madrileña estación de Chamartín y que, tras recalar en estaciones intermedias, alcanzó Ávila a las 12,05 horas bajo el aviso por megafonía de tren especial.

Repleto en sus 160 asientos, al frente iba una máquina ‘gato montés’ de 1981, la “precursora del AVE”, con las enseñas de Madrid y Castilla y León, según explica Andrés Moreno, portavoz de la asociación que agrupa a 400 apasionados del mundo del tren.

Y con ella un coche-cama de los años 60, un vagón-salón de los 70, un vagón con literas y duchas reconvertido en los 80 y un vagón postal de los 60: “todos ellos material que Renfe nos cede a través de su fundación y que restauramos primero, y luego cuidamos y mantenemos a la vez que los ponemos en circulación”, explica. También llegó un vagón-restaurante propiedad del Museo del Ferrocarril, cuyo director, Carlos Abellán, acudió al acto.

Los integrantes de la asociación explicaron los detalles del tren hasta que éste partió de regreso a las 19,15 horas. Tal es la afición que algunos de sus integrantes, como Moreno, van uniformados como los revisores de hace 30 años: “buscamos al sastre y reprodujo el mismo el traje de entonces”. VER GALERÍA DE IMÁGENES.