Esta estrategia, que ha sido galardonada en los Premios Sanitaria 2000, que entrega el grupo editorial de este nombre en la categoría de ‘Acción en Calidad y Seguridad del Paciente’, ha implicado hasta el momento al 85 por ciento de los cerca de 800 profesionales que conforman el cuerpo de Enfermería del complejo, según ha explicado la directora de esta área del centro, Sonsoles Olmedo.

Así, se han desarrollado 13 talleres específicos sobre atención y cuidados a pacientes encamados, en los que han participado 140 auxiliares, mientras que cerca de medio millar han intervenido en los 39 talleres realizados sobre paradas cardiorrespiratorias.
También se han celebrado talleres sobre manejos cardiovasculares y otros sobre exceso de medicación, con el fin de capacitar a los profesionales en aspectos del cuidado del paciente que repercutirán directamente sobre su seguridad, según ha indicado la directora de Enfermería.

Y ello teniendo en cuenta que los talleres han abordado aspectos “clave” del cuidado, como la higiene y cuidado de la piel y la prevención y cura de úlceras por presión, dado que la incidencia y prevalencia de estas últimas es uno de los indicadores de la calidad asistencial.

Medida mensual
El impacto de estas actividades formativas se mide mensualmente, para evaluar su efectividad e implantar mejoras, sin que el coste de los talleres acarree costes a los hospitales, pues se realizan en horario de trabajo de los profesionales y los imparten docentes de la propia división de Enfermería.

Esta acción de mejora de seguridad del paciente, además, sigue las recomendaciones de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, que establecen el compromiso de adoptar medidas para asegurar que todos los cuidados a los que están sometidos los pacientes sean realizados por profesionales competentes y entrenados.

Según Olmedo, esta línea de trabajo enlaza también con los “30 proyectos y un marco para avanzar en calidad” del Sacyl, que aluden directamente al incremento de protocolos destinados a disminuir la variabilidad en la práctica clínica, con el fin de minimizar los riesgos de que los pacientes sufran un efecto adverso en el contexto hospitalario.