Cuando la vida te busca para cambiar lo que has sido por lo que serás, tienes que estar ahí. Cuando alguien lo necesita, porque la vida le ha jugado una mala pasada, los amigos están también ahí, para echar una mano, para ponerse en su  lugar y sufrir con su sufrimiento… Jero y Cristina son esos amigos y precisamente estaban esperando junto a Natalia, la llegada de Patricio, su marido, que se incorporará algo más tarde a la reunión, ya que está en un viaje de negocios. Jero y Cristina han preparado, para agasajarlos,  una más bien humilde cena, ya que él está en paro y ella solo trabaja a media jornada. Natalia y Patricio, sin embargo, tienen un mejor pasar, pero aun así, están escasos de dinero también y les pidieron prestado mil euros a sus pobres amigos, que no pueden ni siquiera encender la calefacción. Patricio volverá desde Lérida hasta Madrid en un vuelo contratado con una compañía de bajo coste, que  en vez de en Madrid,  le dejará en Burgos, desde donde cogerá un autobús hasta la capital. Mientras se toman el aperitivo, Natalia recibe una llamada que cambiará su vida. Parece ser que Patricio ha muerto en un  accidente ya que el avión que tenía que coger para regresar se ha estrellado en algún lugar del Canal de la Mancha, sitio al que ha llegado por aquello del lowcost.

Mientras sus amigos intentan consolar a Natalia por su pérdida, Jero se entera de que le han tocado 60 millones de euros en un sorteo de la primitiva, pero claro, celebrarlo delante de Natalia es de muy mal gusto. Y mientras la pareja intenta tener un poco de intimidad para celebrar tan buena noticia sin ofender a Natalia, ésta entrará en un estado bastante lamentable después de acudir al consuelo del vino peleón que estaba dispuesto para ser consumido en la cena.

Entre la esperanza de que Patricio haya salvado la vida y el desconsuelo de la nueva pareja millonaria al descubrir que su billete premiado está precisamente en la maleta que Patricio se ha llevado al viaje y que, sin saber nada, le había prestado Cristina, transcurre una velada en la que bajo la carga cómica que envuelve la obra, se esconden diversos sentimientos, entre ellos la culpa por una aventura extramatrimonial fuera del matrimonio de la posible viuda, o la pena que siente el acogedor matrimonio por la pérdida de su amigo frente al  imparable sentimiento de alegría al saberse millonarios, cosa que resolvería  todos sus problemas económicos.
La veteranía es un grado, y precisamente de eso anda sobrado el grupo La Macana Teatro, que lleva 30 años sobre el escenario, con la comedia como seña de identidad. Ese afán por divertir y entretener lo han hecho acreedor de numerosos premios en los muchos concursos en los que ha participado. En esta ocasión brillan con luz propia los actores Pepa Sevillano, que ha interpretado a Cristina, Mabel Naz en su papel de Natalia, Alfredo Vaz como Jero,  así como Macarena Clavero encarnando a Alex, Greport como Gabi y Paco Muñoz en el papel de Patricio, dirigidos hábilmente por Pastora Gómez.

La obra ha sido muy bien recibida por el público, que ha llenado el teatro Lagasca y ha disfrutado mucho con ésta divertida comedia. 

El momento de la despedida del Certamen Lagasca de El Barco de Ávila será el sábado 24 (20 horas), cuando tendrá lugar la gala de entrega de premios, que este año cambia de formato. Si en anteriores ediciones el grupo local de teatro, Compañía Lagasca, era el encargado de abrir el certamen, en esta ocasión será el responsable de cerrarlo con la puesta en escena de la comedia ‘Un espíritu bulón’, de Noel Coward. Seguidamente se procederá a la entrega de premios de esta decimosexta edición, que ha contado con un gran nivel de calidad y con una muy buena entrada en cada una de las siete sesiones, y que el próximo sábado sin duda también  llenará el aforo, como colofón de oro a un certamen cada vez más consolidado y más esperado por el público de la villa del Tormes y comarca.