El Colegio de Psicología de Castilla y León (COPCyL) va a celebrar el próximo miércoles 14 de junio, en la Fundación Tatiana, la última charla dentro del ciclo “Psicología Hoy: ¿Qué puede hacer por ti?”, con el objetivo dotar de herramientas de gestión emocional a las personas que participen y así “acercar la psicología” a la población abulense, visibilizando la necesidad de psicólogas/os en nuestra sociedad.
Después del verano, retomaremos estas charlas de carácter mensual para dar estrategias de cómo afrontar diversas problemáticas relacionadas con la salud mental y de regulación emocional, de una manera sencilla y clara. La charla que cierra ahora el ciclo tiene que ver con la música como herramienta terapéutica. “La música amansa a las fieras”.
“La música es el alimento del alma”. “La música habla donde las palabras fallan” … ¿Cuántas veces hemos escuchado frases como éstas, que nos describen los lugares tan íntimos donde llega la música? Seguro que más de una vez. El misterio de la música nos ha acompañado desde que el mundo es mundo.
¿Quién de vosotros no ha experimentado los efectos de la música? Sabemos que induce tanto a la relajación como al movimiento; a la meditación o al baile; a la introspección o la actividad social…. Nos ayuda a escapar un poco de la realidad que muchas veces nos agobia; nos permite concentrarnos e incluso me atrevo a decir, que nos ayuda a encontrarnos con nosotros mismos. Resumiendo: la música es ese algo tan inherente al ser humano que a través de los oídos invade nuestro cuerpo y llega hasta nuestra alma.
Alguno podría decir que la música urbana de ahora como el reggeateon o el trap, no es música… pero eso es otra historia. Lo cierto es que las cosas no son como son, sino como nos hace sentir, y la música va de eso, de sentir. Nos sirve como herramienta muy potente para mejorar la salud, ya que aúna mente-cuerpo y activa ciertas áreas relacionadas con el estado de ánimo, y así con las hormonas que nos hacen sentir bienestar o placer como la dopamina y la oxitocina. Así, un bebé que escucha una nana, se siente conectado con la persona que le cantan.
Dicho de manera sencilla, la Musicoterapia es el uso de la música como una terapia para mejorar el estado de salud y bienestar del paciente, aportando beneficios psicológicos y físicos, ya sea a personas sin problemática aparente, o con alguna como en demencias, oncología, parkinson, esclerosis, discapacidad intelectual, parálisis, salud mental, problemas de conducta, mejora de la autoestima, dificultades de aprendizaje… además, la musicoterapia te permite trabajar con todas las edades, tanto niños pequeños como mayores, incluso en la etapa prenatal.
Hay multitud de posibilidades con este tipo de terapia para la rehabilitación, educación y para la mejora del bienestar. La estimulación de la mente-cuerpo es esencial, ya que esta unión hace que el cerebro procese, comprenda y junte todas las sensaciones y emociones. Marian Rojas ya lo describe bien, con todo el despliegue de hormonas en su libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”. La música, también hace que te pasen cosas buenas.
Por eso, hay que entender que musicoterapia no es simplemente hacerte una lista en Spotify para sentirte contento o conectar con tu tristeza… y menos todavía dejarte llevar por el algoritmo para escuchar lo que te proponga. Si bien, darte cuenta del estado de ánimo que sientes, ya te hace focalizar la atención ahí, que ya es un paso, luego poner la atención en acción. Si pruebas a poner un disco de vinilo que tenían tus padres de canciones que escuchabas de cuando eras pequeño, seguro que viajarás por tus recuerdos. Así lo describía el gran neurólogo Oliver Sacks, con su buenísima obra “Musicofilia”
Este tipo de terapia, puede actuar de dos maneras: activa, tocando instrumentos, cantando, bailando; o pasiva usando la música para inducir estados de relajación e introspección. También se puede utilizar otras formas artísticas y técnicas (arteterapia) de forma simultánea a la música, como el teatro, la danza o la pintura, en los que proyectar sentimientos o expresarse.
Todo esto hace que se puedan trabajar aspectos sensoriales, motrices, cognitivos o emocionales, pudiendo abordar la habilidad de respuesta ante estímulos, coordinación, equilibrio, movilidad, memoria, aprendizaje, imaginación, atención, expresión de emociones y autoconocimiento. Además, usar la música para mejorar la salud es una terapia motivante y no invasiva.
Vivimos en un mundo 4.0 de velocidad vertiginosa y “multitarea”, donde no se premia estar conectado con uno mismo, sino estar conectado con “lo de fuera” … con la red, con las redes sociales, con las noticias, con la batería del móvil… quizás esta charla te permita reconectar y como diría un tal Nietzsche “sin música, la vida sería un error”
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