Son casi 4.000 libros y objetos personales, entre ellos sus diplomas, apuntes de su estancia como profesor en Nicaragua o muestras de una de sus grandes aficiones, la papiroflexia, en la que era un especialista.

“Nunca dudé de lo que había que hacer con los libros de Jacinto, teniendo en cuenta que su vida era la Iglesia y la cultura, nada mejor representa a la Iglesia y a la cultura en estos momentos que la Universidad Católica”, expresó Ángel, uno de sus hermanos, acompañado de otro de ellos, Clemen.

Maestro
La Biblioteca Jacinto Herrero la conforman 3.842 títulos de todas las temáticas: 1.500 de ellos son obras de novelas y libros de poesía, además de 540 libros de teoría literaria. También destaca medio millar de libros de religión y, entre otros, obras de la historia de Ávila y de literatura de autores abulenses, de los que de muchos fue maestro, así como la colección ‘El toro de granito’, que él dirigió editada por la Institución Gran Duque de Alba.

Se trata de una gran biblioteca de humanidades muy personal, con dedicatorias en la mayoría de sus libros -como el de su amigo Thomas Merton-, según se ha destacado en el acto, en el que la rectora, Rosario Sáez, se ha mostrado convencida de que el fin de esta biblioteca es “convertirla en un aula viva de literatura y de poesía para que todos los abulenses puedan estudiar este legado para aprender y crear literatura”.

Hasta el momento, la UCAV ha elaborado un listado de estos libros, que están en proceso de catalogación para poder consultarse en línea por internet, al igual que el resto del fondo universitario. Además de los libros, la biblioteca alberga su escritorio y silla antiguos, un busto y algún que otro cuadro, objetos que pudieron verse en una exposición a finales de 2012, y de la que surgió la iniciativa de solicitar que una plaza de la ciudad llevase su nombre.

Herrero (1931-2011), autor de obras como ‘Ávila, la casa’, Premio Fray Luis de León de Poesía 2005, fue profesor del Colegio Diocesano durante décadas, habiendo viviendo antes de Perugia (Italia) y en Nicaragua, donde entabló amistad con Merton, Pablo Antonio Cuadra o Ernesto Cardenal. La Biblia, la literatura española del Renacimiento, los clásicos grecolatinos y la poesía italiana fueron sus referencias literarias.