Todos ellos han sido seleccionadas por el equipo multidisciplinar de la entidad, según esta entidad, que destaca "los múltiples beneficios" que esta actividad tiene para las personas con discapacidad.

La directora general de Faema, Inmaculada Pose, explica practicar equinoterapia "contribuye de manera positiva en el desarrollo físico, emocional y social de las personas que la realizan, viéndose reflejado en la mejora del tono muscular, fuerza, coordinación y equilibrio, así como en el aumento de la confianza, autoestima y responsabilidad personal que se adquiere tras el trato con estos animales”. 

Anteriormente, se había realizado de forma puntual alguna actividad concreta de una tarde, pero no de forma continua como ahora, según Pose, quien señala que en el ámbito de la salud mental "es una acción bastante innovadora", de manera que se pretende "reflejar y analizar el impacto de la equinoterapia en una persona con problemas de salud mental y como evoluciona su recuperación positivamente”.

Las sesiones de trabajo se desarrollan de la mano de Borja y Mónica, profesionales del mundo ecuestre, el fisioterapeuta de Faema y una cuidadora, profesionales del sector de la salud mental. 

En estas sesiones realizan ejercicios guiados de los profesionales adaptándose a las necesidades individuales y buscando adquirir el mayor número de beneficios posibles en cada persona. También aprenden a llevar a cabo cuidados del día a día que precisa un caballo: paseo, cepillado, peinado y limpieza de cascos.