“Entendemos que se instaure la zona de bajas emisiones en la zona centro, pero rechazamos de pleno las zonas 2 y 3”, puesto que Ávila es “una ciudad pequeña carente de muchos de los problemas ambientales que tienen las grandes urbes, y esto es una de las cosas de las que podemos presumir de nuestra ciudad”, afirma el candidato a la alcaldía, José Manuel Lorenzo.

“En la zona 1 protegerá nuestros monumentos, y hará un centro más amable con las personas, aunque tengamos que acostumbrarnos a ello, pero extender la zona de bajas emisiones a otras zonas no nos parece de recibo, y más cuando en algunos casos va acompañada de la proliferación de la zona de estacionamiento regulado, con el coste que tiene para los vecinos”, ha explicado.

Según el candidato, “el comercio que se encuentre dentro de estas zonas se va a ver afectado drásticamente, sobre todo en la zona 1, y ahora mismo esta ciudad no está para perder más autónomos y empresas”.

“El señor Sánchez Cabrera podrá poner toda nuestra ciudad de amarillo, pero no pueda cambiar la climatología, y las cuestas de nuestra ciudad, y los abulenses no tenemos un sueldo de más de 70.000 euros, como él, para comprarnos un coche eléctrico”, ha criticado, considerando que la zona de bajas emisiones va a dar el “golpe definitivo” al comercio.

“Paralelamente –ha añadido-, obligar en un plazo corto a los repartidores a cambiar sus vehículos industriales o ir en bicicletas adaptadas nos parece ridículo, e invitamos a que los que proponen la medida a que suban la cuesta de Santo Tomás en bicicleta con 100 kilos de carga”.

Desconocimiento

Lorenzo asegura que quien impone aplicar el PMUS no conoce la capital abulense y, como el alcalde, “vive en un mundo paralelo totalmente alejado de la realidad del resto de abulenses”. Y se refiere al la “imposición” del uso de bicicletas y patinetes, que no es fácil que utilicen los mayores de 65 años, que son el 65% de la población de la ciudad, “y menos con nuestra climatología y orografía, y pirámide poblacional, que parece que se nos olvida que vivimos en Ávila, porque y la temperatura y las cuestas, no las cambia el PMUS”.

También critica el cierre del tráfico de los no residentes o la limitación en algunas calles, “todo un enmarañado conjunto de normas que será difícil de recordar por el ciudadano corriente y, por tanto, le acarreará inevitables infracciones por descuido, con el consiguiente incremento suculento de ingresos por multas para el Ayuntamiento”.