La candidata, Alicia García, quiere “un aparcamiento en la zona centro, en el casco histórico para residentes exclusivamente”. Eso sí, no ha dicho el lugar: “estamos estudiándolo”, ha señalado.

“Hay varias opciones, no quiero adelantar nada porque tendrán que ser los técnicos, cuando sea alcaldesa, los que nos den las indicaciones”, ha manifestado sin desvelar las posibilidades.

Respecto a la vieja estación de autobuses, que el Ayuntamiento gobernado por el PP en 2017 aprobó demoler por ser un inmueble “obsoleto” y para “liberar un espacio en una zona estratégica de la ciudad”, y para lo que incluso la Junta destinó 200.000 para el derribo, la candidata popular tiene ahora otros planes, García quiere que se convoque un concurso de ideas con el objetivo de rehabilitar el edificio “en la medida que sea posible”.

La condición, cuando se convoque el concurso, es que una parte de la vieja estación esté dedicada a aparcamiento para “residentes o no residentes”, según García. “Vamos a confiar en los profesionales que puedan aportar sus ideas”, ha explicado.

“Son casi 20.000 metros cuadrados que pueden ser aprovechados en varias alturas para aparcamientos y para otras posibilidades para la ciudad”, según ha dicho la candidata, que ha considerado que el edificio “no puede permanecer por más tiempo en el lamentable estado que presenta”.

Ávila bonita
Estas declaraciones de la candidata del PP se han producido en la presentación de la parte de su programa que lleva por título ‘Ávila bonita’. “En los últimos cuatro años Ávila está cada vez más abandonada, y nosotros  no vamos a tolerarlo más”, porque “los abulenses se merecen una ciudad más limpia, más cuidada y más sostenible”.

Para ello contempla planes dentro de “un modelo de desarrollo a diez años”, hasta 2033, con diagnósticos de la ciudad “para evaluar y resolver las necesidades de todos los barrios de la ciudad”, referidos a aceras, viales y calles, mejoras del abastecimiento y “grandes infraestructuras” con el Plan Cogotas.

Planificar los trabajos servirá para evitar la “improvisación”, con un calendario y un cronograma, para que los vecinos sepan “cuándo se va a hacer cada actuación” prevista.