Las imágenes abstractas no tienen prototipos concretos en la realidad; se perciben a nivel de asociaciones más que de lógica y abren amplias oportunidades para evocar determinadas emociones. En nuestro caso, la abstracción es un logotipo que "juega" con el subconsciente y sintoniza sigilosamente al espectador en la clave adecuada.

¿Qué es un logotipo abstracto y dónde se utiliza?

Un signo en estilo abstracto puede constar de una o dos figuras, representar la trama espacial más complicada y realizarse en blanco y negro o en color. Lo principal en el desarrollo es necesario tener en cuenta lo que el impacto psicológico y emocional tienen sobre los elementos individuales de la imagen y su combinación. Por ejemplo:

El cuadrado simboliza la estabilidad y la puntualidad.

El triángulo simboliza la energía y el liderazgo.

La espiral - desarrollo y perspectiva.

Y así sucesivamente.

¿En qué ámbito de actividad será apropiado el logotipo en forma de abstracción? En cualquier ámbito, excepto, quizá, los servicios administrativos y públicos. Emblemas abstractos son elegidos por las mayores empresas del mundo, medianas y pequeñas empresas.

Cómo hacer un logotipo abstracto: consejos

¿Qué es exactamente un buen logotipo abstracto? Sin duda, cumple al menos algunos de los siguientes requisitos:

es sencillo (legible, claro);

al ser un símbolo pequeño, transmite el máximo mensaje

es estéticamente agradable (también en cuanto al color o la selección del tipo de letra)

sea coherente con el carácter de la empresa

contiene un elemento principal que atrae la atención

es memorable y distintivo.

La mayoría de los especialistas que se ocupan a diario de la creación de la identidad corporativa de las empresas subrayan que para hacer un buen logotipo hay que, ante todo, aprender a simplificar, lo que no siempre resulta fácil.

Diseñar un logotipo abstracto por su cuenta

El diseño del logotipo en sí, es decir, hacer bocetos en papel, transferir el diseño a un programa especial, etc., debe ir precedido de un intenso trabajo de reflexión. Antes de desarrollar un logotipo, debe pensar detenidamente qué quiere decir con él y a quién. Por eso, entre otras cosas, debe tener listo un análisis de su público objetivo, conocer sus necesidades, gustos y estilos de compra, estar bien versado en las actividades de sus competidores y tener una estrategia de marketing refinada, con objetivos fijados, estilo principal e ideas concretas.

Aplicaciones y programas para crear logotipos abstractos

La cuestión es externalizar o probar. Si no tiene experiencia con programas de diseño gráfico, no está familiarizado con los temas de identidad corporativa y le preocupa no poder crear un logotipo realmente bueno, considere la posibilidad de poner la tarea en manos de una de las muchas empresas especializadas en este tema. Teniendo en cuenta lo importante que es un logotipo en el proceso de creación de una marca, y lo difícil que es transmitir todo lo que debería incluirse en un símbolo tan pequeño y sencillo, ésta podría ser una de las mejores inversiones que haga su empresa.

Por otro lado, si prefiere intentar hacer su logotipo usted mismo, existen varios programas y aplicaciones que le ayudarán a hacerlo. Muchos de ellos son gratuitos y funcionan con principios muy sencillos, de modo que incluso una persona sin experiencia en este campo logrará trabajar intuitivamente - por ejemplo, en el popular Turbologo, que en su versión básica es gratuito.

El servicio Turbologo ofrece la más amplia gama de posibilidades para crear logotipos originales al estilo del abstraccionismo. Un algoritmo intuitivo hará que el proceso creativo sea sencillo y agradable, y el resultado se ajustará plenamente a tus deseos. ¿Buscas inspiración para crear un emblema? Echa un vistazo a los logotipos creados con el servicio Turbologo.

Conclusión

El logotipo abstracto es un pequeño sello que, sin embargo, tiene un enorme impacto en cómo se percibe una empresa. Para aquellas marcas que tienen más éxito, suele ser lo primero que viene a la mente del consumidor cuando se las menciona. Ejemplo de ello son las grandes marcas cuyos logotipos se consideran icónicos y no cambian (o cambian sólo ligeramente) a pesar del paso de los años.