Allí una cofrade ha retirado el velo negro a la Virgen, dando paso a un nuevo tiempo en el calendario religioso y al final de la Semana de Pasión, en una escena que ha sido contemplada por decenas de personas, como paso previo a la misa solemne en la parroquia.

Entre el sonido de cohetes, una hora después la procesión ha salido para llevar el recorrido más largo de la Semana Santa, que les ha llevado hasta San Antonio, el paso de la Estación y la plaza de Santa Teresa, y San Vicente, para terminar en la ermita del Resucitado, donde todo el año se guardan las imágenes de la Cofradía del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Buen Suceso, entidades creadas hace varios siglos.

La procesión ha hecho dos altos, coincidiendo con la dos entidades que se encuentran hermanadas: ante la parroquia de San Antonio para saludar a los integrantes de la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli; y en la ermita del Humilladero, donde han entrado, por su hermanamiento con el Real e Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz.

La procesión festiva por antonomasia de la Semana Santa ha contado con un buen número de niñas y mujeres cofrades, vestidas con túnica blanca y capa roja, con el rostro al aire, en un desfile que iba encabezado por los estandartes de las cofradías de los barrios de la capital abulense, que comienzan así el ciclo festivo coincidiendo con el inicio de la primavera.