El silencio en la comitiva solo se ha roto por tres grupos de tambores, compuesto por dos instrumentos cada uno, a lo que se ha añadido el sonido de una corneta con toques de silencio y de las esquilas.

El Cristo de las Batallas cuenta con grandes devotos que en esta jornada, cada año, acuden a encontrarse con él tanto en la Iglesia de San Pedro como en la de Mosén Rubí, de donde sale después la procesión de la Madrugada.

La procesión del Santísimo Cristo de las Batallas, que muestra la imagen moderna de este Cristo, no ha podido efectuar su recorrido tradicional a causa de las obras que se llevan a cabo en el Mercado de Abastos. Desde la iglesia de San Pedro ha llegado al Paseo del Rastro y al Mercado Chico, para continuar por la plaza de Zurraquín y Lope Núñez, llegando a la plaza de San Vicente para regresar a su punto de partida.