De la mano de la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, el desfile ha partido a las 21 horas de la Catedral, con San Pedro Llorando como primer paso. La imagen ha sido portada sobre la carroza de la borriquilla del Domingo de Ramos, puesto que la de San Pedro sufrió serios años hace unos días en un accidente cuando era trasladado al templo catedralicio.

Pero esa circunstancia no ha afectado a un recorrido que ha contado con numeroso público en todo su trayecto. Se ha dirigido hacia el Paseo del Rastro para entrar en la muralla por el arco de La Santa, donde los 28 braceros del Cristo de Medinaceli han vuelto a ponerse de rodillas para que pudiera pasar la imagen. Se trata de un momento que no se repetía desde hace cuatro años, ya que al tiempo de pandemia se suma 2022, cuando esta procesión fue suspendida por la lluvia.

Al entrar en la plaza, la cofradía de Medinaceli ha tenido un encuentro con los padres carmelitas, ante la basílica de La Santa, con motivo del Año Jubilar Teresiano.

Junto al Cristo que da nombre a la procesión, y que ha sido escoltado por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, y que ha portado una túnica restaurada estrenada en su reciente 75 aniversario, han desfilado los pa¡os del Nazareno del Perdón, El Calvario, la Virgen del Mayor Dolor, el Cristo Yacente y la Virgen de las Lágrimas, que ha estrenado una saya prevista ya para el año pasado.

El recorrido procesional, que ha alcanzado las plazas del Rastro, de Pedro Dávila y del Teniente Arévalo antes de llegar de nuevo a medianoche la Catedral, ha contado con el acompañamiento musical de las vallisoletanas Banda de la Preciosísima Sangre de Cristo, y Banda de Jesús Atado a la Columna, de Medina del Campo.