Del Sábado, 06 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 10 de Septiembre de 2025
El pregón de la Semana Santa de Ávila en Madrid, pronunciado por el periodista Roberto Ponce, ha sido un recorrido por la semana de Pasión abulense a ojos de un miembro de las entidades penitenciales de la ciudad, con “el capuchón puesto”.
Día a día de la Semana Santa, procesión a procesión, ha entrado en el ambiente de la celebración religiosa desde dentro, desde “aquella túnica que pertenecía a tus antepasados”, en lo que ha sido un pregón deseado, puesto que estaba previsto para 2020.
“Dar este pregón es cumplir un sueño, en el que están presentes la añoranza, la responsabilidad y el privilegio”, ha confesado. “Todo lo que soy, lo que siento y la manera de vivir la Semana Santa, se lo debo a mi familia”, puesto que “desde mi bisabuelo, al que contemplo en fotografías que inmortalizan procesiones, hasta mi madre, que cada año luce su mantilla, cose, arregla los capuchones y viste a La Verónica como la enseñaron en casa las generaciones anteriores”. Y ha recordado a su tío Fernando José Jiménez Prieto, que fue presidente de la Junta de Semana Santa de Ávila, y que inició la tradición del pregón en la capital de España.
Antes de repasar los recorridos procesionales y la iconografía, ha rememorado que el pregón previsto en el Centro Cultural de los Ejércitos, en 2020, fue suspendido por el estallido de la Covid tres días antes: “nadie de los que estamos aquí presentes sabíamos lo que vendría después”.
“Tres días antes de pronunciar el pregón de la Semana Santa de Ávila en Madrid mi mundo se paró. Cuatro días después de esa llamada, este país cambió para siempre”, ha recordado, para destacar la ilusión que ha esperado hasta ahora.
Impronta de los abuelos
Ponce ha llamado a mantener la impronta de los abuelos, de “un legado que cada año se rememora y escenifica por unas calles de leyenda”, para apuntar al siglo XVI de Santa Teresa y a la primera procesión penitencial, la del Real e Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz, a la que ha llamado a trasladarse a los asistentes.
De ahí ha repasado todos actos de la Semana Santa, desde el Viernes de Dolores al Domingo de Resurrección, “con el capuchón puesto”, entre unas calles y otras de la ciudad, por la muralla, con el olor de la primavera y la música que acompaña a los desfiles.
De como los capuchones “recobran una respiración serena” cuando llegan al paseo del Rastro en la procesión del Silencio del Miércoles Santo, y del “instante cumbre de la Semana Santa” con miles de fieles detrás del Cristo de los Ajusticiados en el vía crucis de la madrugada del Viernes Santo.
“De Ávila a Madrid, y de Madrid, al cielo”, ha concluido el cofrade y periodista para concluir el pregón madrileño.
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